Un ataque de las FARC tensa el proceso de paz

Una brutal emboscada de 70 miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) contra 29 militares que custodiaban un oleoducto en Arauca, cerca de la frontera con Venezuela, dejó 17 militares colombianos muertos el pasado sábado, en un ataque especialmente intenso y duro. En el ataque habrían muerto varios guerrilleros, otros 12 fueron detenidos, de ellos 5 heridos, y les incautaron fusiles AK-47, granadas y munición. Al menos otros cuatro uniformados fueron abatidos en otro enfrentamiento en el Caquetá.

La respuesta del presidente Juan Manuel Santos al peor ataque desde que en noviembre pasado comenzó el dialogo de la paz en La Habana fue «no dejar de disparar un solo instante hasta llegar al final del conflicto porque así es como vamos a acelerarlo, siendo contundentes».

Santos ofreció una recompensa para capturar a los autores del ataque que pertenecerían a la compañía Drigelio Almarales del frente 10 de las FARC. El mandatario reiteró su decisión de seguir apostando a la paz y dijo comprender el malestar de sus compatriotas por mantener una mesa de negociación paralelamente al desarrollo de la guerra. «Así como tenemos la mano tendida y estamos dialogando, también tenemos el garrote, también tenemos la contundencia militar, y la vamos a aplicar», señaló.