ANDALUCÍA EN EL TRECE

UNA FURGONETA DE FAVORES

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Cuando periodistas y afiliados aguardaban el pasado miércoles en la sede regional del PSOE, en la calle San Vicente de Sevilla, los avales de los aspirantes se produjo una anécdota: Alguien preguntó tan insistente a los representantes de Susana Díaz cuántos eran sus avales, que uno de ellos respondió exaltado: «¡Una furgoneta llena!». Fueron 21.179 tras la criba de morosos con la cuota. Este clamoroso resultado es fruto de la estrategia diseñada por ella y Mario Jiménez durante semanas, quizás meses, para que las estructuras orgánicas del partido estuvieran de su parte. Díaz reivindica con todo derecho la legitimidad de su elección como candidata y estoy de acuerdo en que el respaldo público de todos los cuadros directivos de su partido unido a los miles de avales es mayor incluso que el que tuvieron Griñán y Chaves, puesto que todos ellos fueron elegidos candidatos por el comité director, el mayor órgano entre congresos, integrado por algo más de un centenar de personas.

Dicho esto también conviene precisar que las primarias se vendieron como una apertura a la democracia en el partido y ha quedado «emborronada» por una precipitada convocatoria que no ha dado lugar a los adversarios de Díaz a lograr los avales pertinentes que hubieran obligado a abrir las urnas a los afiliados. Como jugada política ha sido maestra aunque descaradamente florentina, como lección democrática, deprimente.

«Que todo cambie para que todo siga igual», escribió Lampedusa y ya utilicé esta frase hace dos semanas en previsión de lo que ha ocurrido. Pero dicho esto, insisto, Susana Díaz ha sido elegida candidata con éxito, arrollando. Ahora bien, ¿cuántos compromisos se adjuntaron a las hojas de avales? Algo por analizar tras las primarias descafeinadas son los pactos provinciales que llenaron la furgoneta de miles de firmas, de color negro para más señas.

No ha transcurrido ni una semana, nadie ha dicho que vaya a haber elecciones, aunque es cierto que tampoco nadie niega que Díaz sucederá a Griñán. Pues bien, ante este supuesto ya hay quinielas para todos los gustos sobre los nuevos consejeros y consejeras, quienes entran, quienes salen. Todo ello responde a las expectativas de quienes han apoyado a la nueva líder del PSOE. En la historia de este partido, como de otros, nadie da cheques en blanco. Lo que más pica la curiosidad es qué incluye el pacto de Jaén. Espero que no la cabeza de Mar Moreno, consejera de Educación.

La unanimidad orgánica de su liderazgo tiene un precio. Griñán prefirió caminar sin el lastre de las cuotas territoriales y esto le llevó a no pocos enfrentamientos internos. Susana Díaz tendrá que administrar ahora la cadena de favores de los dirigentes provinciales que le ha encumbrado como candidata y sucesora de Griñán. Tiene dos caminos: repartir la tarta según la vieja escuela de equilibrios impuesta por Chaves o seguir la línea del maestro Griñán y prepararse para recibir la torta. Lo que se hubiera ahorrado en unas primarias con urnas. El voto es secreto, los avales no.