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Montserrat Serra (izda.) y Blanca Thiebaut, las cooperantes liberadas ayer en Somalia. :: EFE
ESPAÑA

Liberadas sin daños las dos cooperantes secuestradas en Somalia desde 2011

Las mujeres se encuentran en buen estado de salud tras un cautiverio de más de 600 días, el más largo sufrido por españoles

SERGIO PEREA
MADRID.Actualizado:

Las cooperantes españolas Montserrat Serra y Blanca Thiebaut, secuestradas el 13 de octubre de 2011 en un campo de refugiados al este de Kenia, fueron liberadas ayer poniendo fin a un cautiverio de un año y nueve meses, el más largo sufrido por ciudadanos españoles en esas circunstancias.

Las dos mujeres, que trabajaban para la ONG Médicos Sin Fronteras en la construcción de un hospital de atención primaria en el momento de su captura, fueron entregadas a las autoridades españolas en Mogadiscio, capital de Somalia, según confirmaron fuentes diplomáticas. Desde allí fueron trasladadas a Yibuti, base de operaciones de la 'operación Atalanta', la misión europea que combate la piratería en la costa somalí, donde está previsto que en cuanto sea posible tomen un avión que las devuelva a España.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, evitó dar detalles de la operación y se limitó a calificar de «magnífica noticia» la liberación de las españolas que, señaló, llegarán «muy pronto a España». El jefe de la diplomacia aprovechó para elogiar la labor «realmente notable» de Médicos Sin Fronteras, la organización para la que trabajaban ambas cooperantes cuando fueron secuestradas.

La ONG confirmó en un comunicado que Montserrat Serra y Blanca Thiebaut «se encuentran en buen estado de salud y están a la espera de reunirse con sus seres queridos». En el mismo texto agradeció el esfuerzo de todos los agentes implicados y reiteró su «llamamiento a los medios de comunicación y la opinión pública para que respeten la privacidad de las cooperantes».

Hombres armados

Las españolas fueron apresadas en el campamento de refugiados de Dadaab, a 100 kilómetros de Somalia, tras ser asaltado por tres hombres armados el vehículo en el que se desplazaban. Serra y Thiebaut, de 41 y 32 años y naturales de Palafrugell y Madrid, fueron trasladadas a territorio somalí, donde han permanecido retenidas hasta ahora, según confirmó la propia ONG el pasado junio.

Desde el secuestro apenas ha trascendido alguna información sobre el estado de las mujeres, en parte debido a la actitud del Ejecutivo de Mariano Rajoy de gestionar su liberación dentro de la mayor discreción posible. El pasado 15 de febrero, García-Margallo aseguró desde Argelia que el Gobierno había recibido «una prueba de vida» de las trabajadoras cooperantes.

Por su parte, la ONG, que encabezó las gestiones por su influencia en la zona, ha guardado silencio durante todo este tiempo para no torpedear las difíciles conversaciones. En el comunicado difundido ayer, Médicos Sin Fronteras remarcó «la condena enérgica de los ataques contra estas trabajadoras humanitarias que dan asistencia médica a la población somalí más vulnerable».

Vínculos con Al-Qaida

La identidad de los captores se atribuyó inicialmente a Al-Shabbah, la milicia radical islámica vinculada a Al-Qaida que opera en la región, lo que motivó la entrada de efectivos del Ejército keniata en suelo somalí. Los terroristas negaron su implicación a través de un comunicado. En enero de 2012 varias informaciones apuntaron a que las cooperantes podrían haber sido vendidas por sus raptores a piratas somalíes. La hipótesis quedó descartada tras la inspección de varios buques retenidos por los bandidos en una operación de la Armada española desplegada en la 'operación Atalanta' que concluyó sin rastro de las desaparecidas.

Médicos Sin Fronteras trabaja en Dabaab desde su apertura. Este campamento, uno de los más poblados del mundo, fue instalado al este de Kenia en 1991 para dar cobijo a los desplazados de la guerra civil somalí, conflicto aún por resolver. Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para el Refugiado, que gestiona el complejo humanitario, veinte años después de su apertura el campo albergaba a 463.000 personas.