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La acusada, ayer, a su entrada al juicio. /I. Marsilla
VALENCIA

De 'Callejeros' a los tribunales

La disputa entre dos vecinas, de las que se hizo eco el programa de Mediaset, acaba en el juzgado | La Fiscalía pide dos años de prisión para una de ellas y que deje su casa por amenazar y vejar a la otra

A. RALLO
VALENCIAActualizado:

En las historias de odios irreconciliables -jefe y subordinado, exnovios y exnovias y examigas de la infancia, por citar algunos ejemplos- no conviene olvidar otras relaciones típicamente españolas como las vecinas de rellano. Álex de la Iglesia hubiera encontrado un buen material humano, ayer, en el juzgado de lo Penal número 4 de Valencia. Una secuela de 'La Comunidad', esta vez sin millones de por medio, pero con ingredientes para tejer una historia con cierto gancho.

La historia tiene dos protagonistas principales, aunque reúne otros secundarios. María Isabel Martínez sostiene que ha vivido un auténtico calvario por culpa de Vicenta Ferrandis. En 2003 comenzaron las hostilidades. «Esta guerra no se paga con nada», resumió ayer la víctima. Isabel llegó a contratar a un detective privado y a instalar cámaras ocultas en el rellano de su casa, en el número 1 de la calle Estrella de Valencia, para captar todas las amenazas, vejaciones, desperfectos en su domicilio y lesiones que presuntamente había sufrido.

La Fiscalía pide para la acusada dos años de prisión y el pago de tres multas, además de que se le impida vivir en el inmueble cuatro años.

Las imágenes -cómo no era muy difícil de imaginar-terminaron en el programa 'Callejeros' para dar un poco más de morbo y trascendencia al asunto. Y las dos vecinas, con la ayuda de internet, se hicieron 'famosillas'. Se desconocen los motivos de la inquina que, al parecer, siente la acusada hacia su compañera de finca.

Amenazas frecuentes

El relato de hechos de la Fiscalía es de órdago. Diez folios de la calificación del Ministerio Público recogen el acoso interminable de Ferrandis. No tenía límite. Y tampoco falta de imaginación: disponía de muchos recursos para hacer la vida imposible a María Isabel. Aparte de las agresiones -ninguna de extrema gravedad- la mujer dedicaba su tiempo, entre otros asuntos, a lanzar heces al balcón de su vecina o colocar excrementos en la cerradura de su puerta. En otras jornadas, optaba por dejar una gran cantidad de basura en la puerta de su compañera de disputas.

Un saludo habitual de la acusada era decirle que estaba «loca», que completaba con «mala madre, esposa e hija». Otro de los improperios con los que algún día se despachaba eran los de «loba», «zorra barata» y «putón». Estos insultos, en algunas jornadas, los reflejaba en carteles que se encargaba de distribuir por la finca: «Tienes el demonio en el cuerpo. Vete de Valencia».

La acusada, según el relato de la Fiscalía, también le lanzaba agua cuando salía a la calle o incluso en una versión más ridícula se llenaba la boca y se lo lanzaba al verla. Amenazas como «te voy a romper los dientes» eran frecuentes. También comentarios acerca de una supuesta infidelidad. «Presumes de religiosa y te sacaron de un coche con el marido de tu amiga».

Otra de sus estrategias de acoso era introducir líquido, en ocasiones aceite, por debajo de la puerta de María Isabel para dañarle el suelo de la casa. Una de estas variantes consistía en elegir un fluido que impregnara la casa de mal olor. En esta actividad también empleaba orina.

La víctima sufre una reacción deliroide debido a la situación que ha padecido. Reclama 10.000 euros de indemnización por daños morales. Todavía restan dos sesiones de juicio en las que desfilarán algunos vecinos enredados en el conflicto.