El Rey exhibe su poder de interlocución con Marruecos
Llega a Rabat al frente de una comitiva inusual con cinco ministros, los titulares de Exteriores de la democracia y 27 empresarios
RABAT.Actualizado:Aún tiene que hacer cuatro horas de rehabilitación diarias para recuperar la movilidad y ganar autonomía pero el Rey ya está en Rabat. Cinco meses después de lo previsto, y tras haberse tenido que someter a otra operación, esta vez de hernia discal, don Juan Carlos viajó ayer a Marruecos con cinco ministros, nueve exministros de Exteriores y 27 altos empresarios, una comitiva sin parangón en el historial de viajes del jefe del Estado, para apuntalar el momento dulce que atraviesan las relaciones entre ambos países.
No hay un objetivo concreto en este viaje. Ni se procederá a la firma de convenio alguno entre los Gobiernos, eso quedará para la Reunión de Alto Nivel que previsiblemente tendrá lugar el próximo otoño, ni hay a la vista ningún concurso específico en el que puedan participar empresas españolas en el corto plazo. Y, sin embargo, tanto desde la Zarzuela como desde el Ejecutivo subrayan su extraordinaria importancia.
«A veces tan importante es la recogida como la siembra y el abono y ahora estamos en el momento de abonar», enmarcan desde la Casa del Rey. Tras unos años difíciles y una etapa posterior salpicada de incidentes concretos, como la expulsión a España de la activista saharaui Aminatu Haidar en 2009 o los incidentes en el campamento de Gdim Izzik en 2010, el Ministerio de Exteriores califica las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos de «excelentes». Sobre todo, dicen, desde que el Rey visitó Marrakech de forma privada tras el atentado del café Argana, en 2011.
Independientemente de los resultados, lo cierto es que todo parece pensado para poner en valor el papel que aún es capaz de ejercer el Jefe del Estado como más alto representante de España en las relaciones internacionales, en un momento en el que su figura es cuestionada por parte de la ciudadanía. «Parece un tópico -dicen por ejemplo en Exteriores- pero la especial relación de las dos monarquías tiene un valor económico importante».
«Un tirón decisivo»
Desde el ámbito empresarial, la idea se repite. «El tirón del Rey es decisivo, siempre que va abre puertas», dijo hace unos días el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell. Esas puertas son ahora de enorme interés para la economía española. Con todas sus deficiencias y problemas estructurales Marruecos tiene un enorme potencial y es un socio económico de primer nivel.
El año pasado las exportaciones alcanzaron los 5.294,58 millones de euros y crecieron a un 28,70%. Nuestro país se convirtió en 2012 en el principal proveedor del vecino norteafricano, por delante de Francia, y también en su primer cliente, a pesar de que Marruecos representa un 2,4% del total de las exportaciones españolas.
La visita de don Juan Carlos que comenzó ayer, en todo caso, tiene algo más que una marcada vertiente económica; visible aunque sea por el hecho de que uno de los actos centrales de hoy en Rabat contará con presidentes y consejeros delegados de empresas como Abengoa, Acciona, ACS, Endesa, Indra, Inditex, el Grupo Antolín o Cobega.
Además, se ha querido dar a la visita una dimensión política y educativa y cultural. «Es un momento propicio para el incremento de los lazos entre instituciones, gobiernos y sociedades», reiteran en el Gobierno. Marruecos es, tras Brasil, el país con más institutos Cervantes. Los dos monarcas, que estarán solos prácticamente dos días completos, inaugurarán una exposición sobre los 25 años de cooperación arqueológica hispano-marroquí.
Primavera árabe
En lo político, lo más relevante es la Seguridad. Ya no tanto, como hace años, la lucha contra la inmigración ilegal pero sí contra el terrorismo y el tráfico de drogas. Pero a eso se une algo más de valor geostratégico. El Gobierno destaca la estabilidad institucional de Marruecos, donde Mohamed VI ha emprendido un lento camino de reformas tras el estallido de la 'primavera árabe'.
El Rey, que fue recibido al pie de la escalerilla por el monarca marroquí, con el que después mantuvo una cena privada, tiene previsto reunirse hoy con el primer ministro Abdelilah Benkiran. Es decir, tocará todos los palos. El toque de distinción lo darán los exministros de Exteriores. Todos los que ha tenido la democracia y aún siguen vivos excepto Fernando Morán, que por motivos de salud no puede hacerlo. «Es un símbolo de lo que queremos hacer entre todos, de esa imagen de consenso que será más sencillo si está el Rey detrás», alegó el jefe de la diplomacia, José Manuel García-Margallo, hace unos días.