La cola de la vergüenza
La beneficiencia se impone de nuevo ante la dramática situación de desempleo que vive Cádiz. Cada vez son más familias las que acuden a los centros sociales a recoger su ración de alimentos
Actualizado: GuardarEl número de familias que acude a Cáritas y a los centros sociales a recoger su ración de alimentos aumenta de forma descontrolada. Son las colas de la miseria y de la vergüenza; de una vergüenza que se sufre en carne propia y de una vergüenza general ante un drama que, lejos de tender a su desapariciópn, sigue sumando víctimas. Este periódico refleja en su edición de hoy dos casos de familias de clase media que se han visto abocadas a depender de la caridad. Se trata de una situación insólita en un país, de los que llamamos desarrollados. La palabra hambre casi estaba desterrada o solo se aplicaba en unos casos muy puntuales de la sociedad donde el grado de pobreza se localizaba casi siempre en ese segmento de la población que forman los indigentes. Sin embargo, en los últimos cinco años, desde que estalló la crisis, la probreza extrema se ha multiplicado y se ha tragado a las familias de clase media, es decir, a quienes gozaban de un trabajo y de una posición que las alejaba de esta condición. Ahora son ellos quienes forman las colas ante las parroquias para recoger su ración de caridad en forma de alimento. La provincia cuenta con una tasa de paro del 41%, la más alta del país, y más de 60.000 parados de larga duración llevan meses sin cobrar prestación social alguna.La situación es de emergencia. El paro se ha convertido en una pesadilla que acabará en locura. Lo más grave para una provincia como Cádiz es que, de momento, no tiene expectativas de futuro que abran las puertas a nuevas inversiones. Por ello, el paro seguirá campando a sus anchas y, además, la situación de indigencia de las familias irá creciendo todavía más. Las organizaciones sociales no dan abasto y hace meses que se activaron todas las alarmas.