El monasterio que fue prisión
El convento más antiguo de la ciudad se abre a los visitantes
EL PUERTO.Actualizado:El Monasterio de la Victoria, o de Santa María de la Victoria no deja indiferente a nadie. Situado junto a la estación de trenes y próximo a las principales paradas de los autobuses de largo recorrido, se convierte en el centro de las miradas incluso de quien jamás haya sentido atracción alguna por la historia y el arte.
Considerado como el convento masculino más antiguo de la ciudad, su construcción se inició, según consta en una inscripción en el mismo edificio, en el año de 1504. Ahora, para dar la oportunidad de que propios y extraños llegados a El Puerto puedan conocer este pedazo de historia, sus puertas se abren al público todos los sábados y domingos hasta el próximo 8 de septiembre, entre las 20.00 y las 22.00 horas.
Los duques de Medinaceli, señores jurisdiccionales de la población patrocinaron la obra de construcción, que se comenzó en tiempos del II Duque, Juan, según la información del Ayuntamiento. El edificio fue entregado a la recién creada orden de San Francisco de Paula, conocidos como los Mínimos de San Francisco, que se había instalado en El Puerto unos años antes bajo el amparo de la casa ducal.
Este monasterio de estilo gótico tardío, en la misma línea que otros edificios religiosos de la zona, se estuvo construyendo prácticamente a lo largo de todo el siglo XVI.
Durante la Edad Moderna sufrió los efectos de la ocupación anglo-holandesa, del terremoto de 1755 y, ya en los inicios del siglo XIX de la ocupación francesa de la ciudad.
Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos a mediados del siglo XIX pasó a manos del Estado hasta que finalmente se instaló en él la prisión central, función que ha desempeñado hasta 1980. Conocido como El Penal de El Puerto adquirió fama durante los años de la II República española y el franquismo, al albergar entre sus majestuosos muros presos políticos de relevancia, como Ramón Rubial, presidente del PSOE o Lluís Companys, ex presidente de la Generalidad de Cataluña. También custodió a delincuentes de gran popularidad, como El Lute.
Actualmente, el monasterio que fue prisión para volver con los años a recuperar de manera testimonial la razón de ser de sus inicios, está declarado Bien de Interés Cultural (BIC).