Una pieza suelta en la vía causó la catástrofe ferroviaria de París
Cuatro de las seis víctimas mortales se encontraban en el andén contra el que descarriló el tren con 385 pasajeros
PARÍS.Actualizado:El desprendimiento de una pieza en el sistema de cambio de agujas de Brétigny-sur-Oise es la pista prioritaria en la investigación de las causas del descarrilamiento que se produjo el viernes en esa estación situada a 40 kilómetros al sur de París y provocó la catástrofe ferroviaria más grave registrada en Francia en los últimos 25 años. Seis personas, cuatro hombres y dos mujeres de edades comprendidas entre los 19 y los 82 años, fallecieron y otras nueve resultaron gravemente heridas, de las que dos tienen el pronóstico vital reservado. Cuatro víctimas mortales, una pareja octogenaria y dos jóvenes, se encontraban en el andén sobre el que se encastraron varios vagones del convoy siniestrado.
Las primeras constataciones técnicas indican que, en el cambio de agujas situado a 200 metros de la entrada norte de la estación, se soltó una eclisa, pieza de acero que une como una grapa dos rieles consecutivos y los mantiene alineados. La fijación, de diez kilos, se salió de su emplazamiento y fue a parar al centro del dispositivo donde impidió el paso normal de las ruedas del tren Intercités París-Limoges que descarriló con 385 pasajeros a bordo a 137 kilómetros por hora, velocidad inferior a los 150 autorizados en ese punto de la red.
Los responsables de la compañía pública de ferrocarriles SNCF, propietaria del convoy siniestrado, aseguraron que ese cambio de agujas fue sometido a un control de seguridad satisfactorio el pasado 4 de julio y que media hora antes de la catástrofe otro tren similar pasó por el lugar a parecida velocidad sin que el conductor notificara ninguna anomalía. También descartaron un error humano y rindieron homenaje a la pericia del maquinista del convoy accidentado que activó la alarma inmediatamente y evitó «por unos segundos» la colisión de un tren que circulaba en sentido inverso con los vagones descarrilados.
El Ministerio del Interior juzgó prematura la hipótesis de un sabotaje y fuentes judiciales señalaron que no había ningún elemento para abonar esa teoría. La idea del «acto malicioso» fue barajada por el presidente socialista de Isla de Francia (región metropolitana de París), Jean-Paul Huchon, al declarar que la eclisa «estaba unida por cuatro pernos y parece extraño que todos los pernos se hayan soltado al mismo tiempo». La tesis de la causa exterior exoneraría de culpas a los responsables del sistema ferroviario como Huchon, que preside la empresa de transportes regionales STIF y era el jefe de gabinete del primer ministro socialista Michel Rocard en 1986, cuando un accidente en la parisiense estación de Lyón causó 56 muertos.
Material «vetusto»
Asociaciones de usuarios denunciaron que la estación de Brétigny, «con algunos cambios de agujas que datan de los años 1930», es uno de los ejemplos más destacados de la falta de inversiones en la red ferroviaria francesa desde hace 30 años. Una auditoría suiza publicada en 2012 dictaminaba que del 10% al 20% de las líneas galas había superado su duración de vida económicamente razonable. Sobre la conexión París-Limoges se multiplicaron ayer los testimonios de un enlace «más o menos abandonado durante al menos diez años», «material rodante cada vez más vetusto» y «retrasos constantes».
El Gobierno recordó que acaba de imprimir un giro a la política del transporte ferroviario en Francia consistente en renunciar al desarrollo a ultranza de la alta velocidad para concentrar las inversiones en la modernización del trazado convencional. Este cambio de filosofía ha supuesto, entre otras consecuencias, el aplazamiento hasta después de 2030 de la conexión del AVE galo con la Y vasca.