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Uno de los astados, en medio del tapón creado en la plaza./ Rtve
sanfermines 2013 | |Séptimo ENCIERRO

Dramático encierro por un tapón humano en la plaza de toros

Uno de los mozos heridos se encuentra muy grave, aunque está estabilizado, tras haber resultado aplastado en el coso taurino

PABLO OJER
PAMPLONAActualizado:

Más de 30 años después del último, el fantasma de los montones a la entrada de la plaza de toros ha regredaso a los Sanfermines provocando 19 heridos, uno de ellos en estado muy grave aunque “parece que la evolución es favorable”, según el jefe del servicio de urgencias del Complejo Hospitalario de Navarra, Javier Sesma. Si el sexto encierro se convertía en el más peligroso, con tres mozos corneados y uno de ellos de gravedad, el de hoy se ha convertido en angustioso y dramático. El tapón humano creado a la entrada de la plaza de toros ha impedido la entrada de los Fuente Ymbro al coso, quedando mozos y manada atrapados juntos por unos minutos hasta que los astados fueron desviados por el callejón.

El encierro transcurría con absoluta normalidad con una manada hermanada salvo un toro que se había quedado descolgado, con alguna caída y pocas embestidas cuando, de repente, los toros se encontraron con una pared humana a la entrada de la plaza de toros. El montón se había formado 50 segundos antes cuando la presión de la enorme cantidad de corredores que trataban de entrar al coso taurino hizo que una de las hojas de la puerta de la barrera que permite el acceso a la arena y, al mismo tiempo, cierra el paso al callejón del coso, se abriera impidiendo que los mozos entraran a la plaza y se quedaran aprisionados contra la madera.

La marea humana que llegaba hizo imposible que la puerta se volviera a su lugar por lo que decenas de jóvenes se veían cada vez más aplastados contra la puerta. Ya en las emisoras de radio interrumpían la retransmisión habitual de la carrera para advertir que la entrada a la plaza de toros estaba cerrada por el montón. El drama se incrementó más si cabe cuando llegaron los astados. Chocaron contra la gente y la presión se incrementó de manera notable. La gente se estaba literalmente asfixiando.

Uno de los jóvenes atrapados en el tapón humano y amigo de uno de los heridos, ha relatado cómo había tirado de él con todas sus fuerzas para sacarlo del montón. “Me decían que me retirara, pero no podía dejar ahí a mi amigo. Yo seguía tirando del brazo para sacarlo”, narraba ya más tranquilo al saber que el estado de su amigo, que sufrió daños en la rodilla, no reviste gravedad.

Alexander Matías, corredor habitual de encierros y que llegó anoche a Pamplona junto con otros tres amigos de Ciudad Rodrigo (Salamanca), ha relatado por teléfono a Efe el "enorme pánico" sufrido tras quedar atrapado en la masa de corredores y astados a la entrada de la plaza. "Íbamos delante de los toros, pero al ir llegado a la plaza, la gente se empezó a amontonar y no podíamos salir", ha relatado. "He pasado un miedo de la leche. De repente estás atrapado y lo único que piensas es en salir como se pueda", ha añadido.

Un herido muy grave

El montón ha dejado un balance total de 19 heridos que tuvieron que ser trasladados a los centros hospitalarios, una cifra que no se había dado en décadas. La mayoría de ellas por contusiones torácicas. Otras cuatro personas resultaron heridos en otros tramos del recorrido. El herido más grave es un joven de 19 años de Vitoria, que responde a las siglas J. M. R, que sufrió contusión torácica con síndrome asfíctico, es decir con asfixia. Incluso los servicios de emergencia tuvieron que realizarle la reanimación cardiopulmonar. Durante toda la mañana se temió seriamente por su vida aunque a primera hora de la tarde el jefe del servicio de emergencias se mostró “esperanzado” con la recuperación del joven ya que comenzaba a evolucionar favorablemente.

Otro herido sufrió también el síndrome asfíctico. Se trata de un irlandés de 28 años cuya evolución también es favorable. Este caso resultó especialmente llamativo ya que en las imágenes de televisión se vio claramente cómo era arrastrado por otros mozos, completamente morado y sin conocimiento. Apenas unos minutos después de las ocho de la mañana, por el servicio de urgencias del Hospital de Navarra llegaron dos amigos de este joven preguntando desesperadamente por él. No sabían que se encontraba en el quirófano de la plaza de toros.

El resto de heridos presentaba distintas afecciones, la mayoría contusiones torácicas. Más de una decena de ellos han pasado la noche en los centros hospitalarios. Después del montón, los dos corredores que resultaron heridos por asta de toro pasaron a un segundo plano. Uno de los heridos fue corneado con una herida en el glúteo en la calle Estafeta y el otro en el propio montón, aunque tan sólo recibió un puntazo en la axila.

Milagro

De hecho, a pesar del dramatismo que se vivió en la plaza de toros, se considera un auténtico milagro que los toros no embistieran contra la masa de personas y que los cabestros no tratasen de saltar por encima de los corredores, lo que podría haber multiplicado trágicamente el número de víctimas.

Lo sucedido en el encierro ha puesto a prueba el sistema de atención sanitaria de los encierros. La coordinación entre el Servicio Navarro de Salud, Cruz Roja y Dya fue magnífica y entre los mismos puestos de atención en el recorrido del encierro. En los que no se produjeron atenciones, de los 16 que hay repartidos, se enviaron equipos a la plaza de toros para ayudar en un hospital improvisado que se instaló en el patio de caballos.

Se emplearon todos los recursos médicos, ambulatorio para los menos graves, los dos hospitales públicos y la propia enfermería de la plaza de toros, donde se estabilizó a los más graves. También se utilizaron las 19 ambulancias disponibles en el recorrido para el traslado de los heridos. Alguna de ellas trasladaron a más de un herido a la vez.Un tapón histórico

El encierro, corrido en 4 minutos y 15 segundos, transcurría con gran rapidez y sin demasiadas incidencias hasta el momento en el que los toros han llegado a la plaza, donde un gran montón de corredores que se había originado poco antes les ha impedido el acceso y ha causado que muchos mozos fueran aprisionados y algunos quedaran inconscientes. Con los mozos disfrutando cerca de los bureles uno de estos ha resbalado y sus hermanos han saltado por encima de él para seguir el recorrido, un momento en el que metros adelante, a la entrada del coso taurino, ha comenzado a formarse un tapón debido a la caída de numerosos corredores y a que una de las puertas de acceso al anillo ha quedado inexplicablemente cerrada.

La limitación en el acceso, en un momento en el que multitud de mozos entraba poco antes de los toros, ha creado momentos de angustia ante la inminencia de la llegada de los Fuente Ymbro, que finalmente han llegado junto a los cabestros y han topado con el muro humano. Mientras, en el callejón el toro color melocotón permanecía tumbado en el suelo tratando de levantarse.

En este caos en el que los dobladores y algunos corredores desde la arena trataban de rescatar a los mozos del montón y los toros empujando aunque sin embestir, se han vivido momentos de pánico entre los corredores que saltaban por encima del montón tratando de escapar de los astados. Finalmente la situación se ha resuelto cuando se ha abierto el callejón de la plaza para obligar a la manada a entrar al coso por otra de las puertas y conducirla sin mayores incidencias hasta los chiqueros. Acabado el encierro se ha comenzado a disolver el montón y algunos mozos han sido trasladados hasta la enfermería de la plaza.

¿Cómo se ha producido el tapón?

El montón que ha provocado la tragedia se ha producido mucho antes de que llegaran los toros a la plaza.Todo ha comenzado cuando un grupo de policías forales que hacen de barrera en el recorrido se han retirado y han ido a refugiarse en la plaza. La barrera del coso permite el paso al interior y, al mismo tiempo, cierra el burladero para que los astados no se introduzcan.

Esta barrera se ha abierto ligeramente para permitir el paso de los agentes, pero era tal la cantidad de personas que entraban en el coso pamplonés al mismo tiempo que en vez de cerrar el paso al burladero detrás de los policías, la gente ha comenzado a empujar esa barrera, lo que ha provocado que esta girase y cerrase la entrada al propio coso taurino.

La puerta de la barrera que todavía permanecía abierta no permitía el paso de tantos corredores y éstos han quedado atrapados. Los mozos que venían por detrás, al encontrarse con esa barrera han intentado escalar entre la gente para atravesar el muro de personas y la puerta.