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Rajoy en el acto de presentación del nuevo plan social del Gobierno, ayer, en la Moncloa. :: JAIME GARCÍA
ESPAÑA

El PP veta que Rajoy hable de Bárcenas y las finanzas de su partido en el Congreso

Los populares acusan a todos los grupos de la oposición de ser «los nuevos abogados» y «rehenes» de «un delincuente»

ALFONSO TORICES
MADRID.Actualizado:

El PP empleó ayer su mayoría absoluta para liberar a Mariano Rajoy de dar una sola explicación en el Congreso sobre el 'caso Bárcenas' y la presunta financiación irregular de su partido hasta al menos el pleno que se celebrará en la segunda quincena de septiembre.

Para indignación de la oposición, los populares vetaron en la Junta de Portavoces que la agenda parlamentaria de la próxima semana incluya una sesión de control al Gobierno, en la que varios grupos se disponían a interrogar al jefe del Ejecutivo por las acusaciones de su extesorero. De hecho, será el primer mes de julio desde 2009 en el que la Cámara baja no celebra un pleno con preguntas e interpelaciones al presidente y sus ministros. El resto de portavoces denunció que el PP ha roto el pacto para que en julio, mes inhábil, hubiese siempre al menos un pleno completo en el Congreso, y que lo ha hecho por mero interés particular y solo para «proteger» a su líder.

El blindaje político de Rajoy ante el escándalo de la presunta contabilidad B de su partido se completó en la reunión vespertina de la Diputación Permanente, cuando, para más indignación del resto de partidos, el PP tumbó las peticiones de PSOE, IU, CiU y Grupo Mixto de comparecencia urgente del presidente del Gobierno en el pleno para aclarar si cobró dinero negro de su partido siendo ministro de José María Aznar. Las solicitudes contaron con el respaldo de toda la oposición.

Entre las reuniones de la mañana y la tarde la oposición se puso en pie de guerra; calificó el comportamiento del grupo mayoritario como «secuestro» y «amordazamiento» del Congreso, así como «tiranía absoluta» y «cobardía política» provocada por el estado de «pánico» en el que está inmerso Rajoy y su partido por la amenaza de Bárcenas de tirar de la manta.

El mejor exponente del alto grado al que se disparó la temperatura política en el Congreso fue el discurso con el que el portavoz del PP, Alfonso Alonso, justificó lo «innecesario» de la comparecencia del jefe del Ejecutivo. Alonso, entre continuos jaleos y aplausos del grupo popular, descalificó las demandas de la oposición con el argumento de que todos los grupos, desde la izquierda a los conservadores, «se han plegado a la estrategia jurídica de Bárcenas», que los maneja como marionetas desde la cárcel de Soto del Real, al punto de que se han convertido en «sus nuevos abogados defensores» y «sus rehenes». La oposición no daba crédito.

Para todos

Alonso defendió la «integridad» de Rajoy, de quien dijo que «ningún español duda de que dice la verdad» al negar la existencia de financiación irregular y sobres en el PP, y lamentó que la oposición, a falta de otra alternativa política, «dé más credibilidad a un delincuente que al presidente del Gobierno».

Como colofón, recurrió al 'y tú más', y dijo que lo único que pretenden tapar los grupos opositores son los ERE fraudulentos de Andalucía, en el caso del PSOE; las deudas con Hacienda de IU; la no condena de ETA de Amaiur; o el cobro de subvenciones electorales españolas por ERC. La contestación general fue «pero nosotros no recibimos sobres».

La intervención del portavoz popular estuvo precedida por una cascada de recriminaciones de la oposición que exigió que Rajoy venga «a dar la cara», que explique con urgencia la financiación ilegal desvelada por su extesorero, y que diga si cobró o no dinero negro. Coincidieron en que el jefe del Ejecutivo, «si puede», tiene que acabar con el desprestigio internacional que el escándalo provoca a España y que, en caso contrario, debe dimitir, y le recordaron que ignorar al Parlamento solo acrecienta el desafecto de los ciudadanos hacia los partidos y las instituciones políticas.

El PSOE, para imprimir mayor solemnidad a la reclamación, exigió la comparecencia con la inusual presencia de Alfredo Pérez Rubalcaba como portavoz. El líder socialista dijo que «el 'caso Bárcenas' ya es el 'caso PP'», sostuvo que España no puede permitirse «soportar la carga de la sospecha» sobre su presidente, recordó a Rajoy que «quien calla otorga», y advirtió de que «sería nefasto para la democracia» que el presidente se oculte del Congreso durante meses. Rubalcaba consideró que el portavoz popular había hecho una intervención «patética» y admitió que «claro que Bárcenas es un delincuente, pero su delincuente».