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«El ego se convierte en una bestia»
El intérprete cuestiona en su nueva película, 'La purga', la normalidad de la violencia Ethan Hawke Actor
LOS ÁNGELES. Actualizado: GuardarEterno romántico o estrella de las películas de ciencia-ficción, Ethan Hawke se vuelve a reciclar, ahora en el género de terror. Protagonista de la trilogía romántica 'Antes del amanecer', 'Antes del atardecer' y 'Antes de la medianoche', Hawke regresa a la gran pantalla española con el filme 'La purga'. Actor de gran talento, Hawke ha entrado en una fase en su carrera donde se ha caracterizado por interpretar personaje oscuros y desconcertantes. En 'La purga', como ya hizo en 'Sinister', se convierte en un padre que defiende a su familia de intrusos criminales. La historia de 'La purga' tiene una vena sociopolitica que cuestiona la normalidad con la que hoy en día se acepta la violencia.
-¿Está la sociedad tan fracturada como parece mostrar la película?
-He leído en algún sitio que el 85% de la sociedad vive dormida, así que creo que estamos muy cerca de lo que muestra 'La purga'. Me despierta curiosidad leer lo que vayan a escribir los críticos sobre esta historia, teniendo en cuenta que es un filme violento con un mensaje contra la violencia. Desde la historia se cuestiona si la violencia es parte de la personalidad del ser humano o por el contrario nos hemos vuelto así. Para mí, la película funciona igual que 'La Naranja Mecánica': nos inunda de violencia, pero al final lo único que quieres es detenerla.
-Usted siempre ha confesado su aversión a la violencia, pero piensa que es innata a la naturaleza humana...
-He pasado mucho tiempo reflexionando sobre ello. En Hollywood es imposible para un actor masculino mantener su carrera a cierto nivel sin participar en películas violentas. Esas son las historias que quiere el público. A mí no me gusta hacer películas violentas, pero es lo que me ofrecen y necesito trabajar. Vivo un auténtico dilema moral y eso es lo que me interesó de este filme.
-¿Ha perdido el idealismo del pasado?
-En mi juventud era un idealista del arte y la política, tal vez demasiado idealista. Todavía lo soy, pero el mundo en el que vivo es mucho más gris de lo que yo pensaba que era. Encontrar tu camino es más difícil de lo que yo creía. A mis años comparto la custodia de mis hijos, tengo que trabajar duro, con ellos realizo lo que yo llamo amor en acción; comparto, amo, doy, perdono, olvido, todas esas cosas que no solemos hacer en nuestra vida. Si hubiera vivido esto a los 17 no hubiera sido capaz de entenderlo. Es divertido acordarme de cómo era yo hace diez años, cuando pensaba que lo sabía todo y, sin embargo, unos años después te das cuenta de que no sabes nada y que no entiendes nada.
-Como actor, alguna vez ha dicho 'no' a una película. ¿Ha escogido participar en alguna cinta por razones equivocadas?
-Cada vez es mas difícil para mí encontrar el proyecto adecuado. Soy un actor dramático, no un cómico, y ya no se hacen dramas. Si no consigues un papel en 'Lincoln' o en cualquiera de los dos o tres dramas anuales no tienes trabajo. Eso me ha obligado a buscar otro tipo de proyectos.
-Siempre podría trabajar en la televisión...
-Sí. La calidad de los guiones en la televisión es buena, muy buena. Te confieso que me da miedo porque solo un manojo de series son las que realmente triunfan. Estamos hablando de 'Breaking Bad', 'Mad Men', 'The Good Wife', 'The Killing'... De ellas se habla con reverencia y respeto, pero son la excepción, y hay otras que pasan desapercibidas. La mayoría de lo que se estrena no es bueno. Yo no quiero verme luchando con una serie de poca calidad. Solo grandes productores tipo Mike Nichols o Steven Spielberg son capaces de producir series importantes.
-¿Siente usted la contradicción de ser una estrella de cine?
-Siempre he peleado contra esa idea de estrella. No me gusta especular con la posición que ocupo en Hollywood, pero al mismo tiempo, mira dónde estamos, sentados en el Hotel Four Seasons, en Beverly Hills, rodeados de lujo. Estoy muy feliz con lo que mi vida artística me ha dado, da miedo mantener lo conseguido. Todo el mundo quiere tener éxito, es divertido recibir toneladas de atención, pero tienes que pagar un precio por lo que recibes. A veces deseo ser más anónimo de lo que soy, es una lucha interna, cuando veo revistas del corazón no siento envidia por Brad Pitt, la mas mínima. ¿Por qué querría ser él? Un minuto te celebran salvajemente y al siguiente te tiran piedras. Seas una estrella o no, todos batallamos con nuestros egos. El ego de una estrella de cine se alimenta diariamente y se convierte en una bestia muy poderosa que termina comiéndose la vida de cualquiera. Yo he sido terriblemente ambivalente en ese aspecto toda mi vida, me fascina mi trabajo, me gusta compartirlo con gente de mucho talento, disfruto con este arte que en ocasiones te da poder para utilizar la fama de forma correcta.