El presidente madrileño Ignacio González (izda.), durante la inauguración de 'Fragor Hannibalis. Aníbal en Hispania'. :: FERNANDO VILLAR / EFE
Sociedad

Aníbal trajo la civilización a Hispania

El estratega cartaginés impuso en la Península Ibérica los avances de una cultura que modernizó la vida económica y política

MADRID. Actualizado: Guardar
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Corría el 220 a. C. cuando Aníbal Barca, el gran estratega cartaginés, retornaba triunfal de su expedición conquistadora por Hispania. Había derrotado a sus enemigos en Salamanca y, desandando sus pasos, de regreso a lo que hoy es Cartagena, Qart Hadasht, el general se vio obligado a cruzar el valle del Duero. Nada se oponía a su ambición. Pero, ¿quién era y que se proponía este portentoso general?

Para arrojar luz sobre este hombre de talla menuda pero enorme altura de estadista, el Museo de Arqueología Regional de la Comunidad de Madrid ha montado una exposición con la que se puede reconstruir la figura del cartaginés. A través de 300 piezas procedentes de una decena de museos españoles y extranjeros es posible imaginar los propósitos de este militar que hizo temblar los cimientos de Roma. 'Fragor Hannibalis. Aníbal en Hispania' incluye pinturas, vasijas, monedas, espadas y esculturas que ilustran la grandeza de aquel ejército que parecía invencible en el siglo III a. C. La exposición permanecerá abierta al público desde ayer hasta el 12 de enero de 2014.

El Museo Arqueológico Regional (MAR), con sede en Alcalá de Henares (Madrid), acoge la primera exposición de carácter monográfico que se exhibe en España y que analiza la personalidad del estratega cartaginés, así como el nuevo orden económico y social que impuso en los territorios de la Península Ibérica que quedaron bajo su égida. Los pobladores de aquella Hispania fueron testigos de cómo la dinastía de los Barca, formada por Amílcar (padre de Aníbal), Asdrúbal (el cuñado) y el propio Aníbal, conquistaba en un paseo militar las ciudades de la región. Para el comisario de la muestra, el catedrático de Arqueología Manuel Bendala Galán, las piezas de la muestra hablan por sí solas de la importancia de la cultura cartaginesa en la Península Ibérica.

Gracias a los objetos expuestos el visitante pueden hacerse una idea de cómo fue la batalla de Baécula, en la que se vieron las caras los ejércitos púnicos y Publio Cornelio Escipión, el 'Africano'. Otras gestas de Aníbal son bien conocidas: su travesía por los Alpes con su ejército de elefantes ,dispuesto a poner a Roma a sus pies. En la batalla de Cannas, en el año 216 a. C., cuando todo se aliaba contra su suerte, Aníbal consiguió doblegar a los romanos. Con todo, su figura transciende el retrato de caudillo militar. «Queremos destacar cómo Aníbal y los Barca modernizaron la vida política y económica que existía en la Península», argumenta Manuel Bendala Galán. El experto subraya que la exposición intenta ofrecer una visión rigurosa del mundo de los hispanos, pueblos y tribus que se asentaban en la Península y que unas veces mordieron el polvo por culpa de las tropas púnicas y otras, en cambio, forjaron alianzas con los que parecían sus enemigos naturales.

El objetivo de la exposición es conocer el contraste que surge entre ambas culturas y observar como interactuaban los íberos con el pueblo púnico. «En la Península Ibérica había un mundo de reyes que se creían en parte dioses. Y por eso se unen a los de Cartago, porque ellos también creían encarnar una cierta divinidad», aduce Bendala.

Hay piezas cedidas por los museos de Cartago y Túnez. El Prado ha prestado una escultura de Hércules; del Museo de Numancia proviene el Vaso de los Guerreros y un busto de Alejandro Magno ha viajado desde el Museo Arqueológico de Sevilla.

Con los Barca, los íberos convivieron con una civilización avanzada. Cartago era, junto con Roma, la vanguardia de la cultura antigua del Mediterráneo. Incluso en muchos aspectos la superaba. «Los cartaginenses son los inventores de la agricultura antigua, aunque siempre creímos que fueron los romanos. Además, fueron unos genios de la ingeniería naval: crearon grandes barcos, eran una vanguardia civilizadora». A ellos se debe el navegar guiados por las estrellas.

Bajo el dominio de Asdrúbal se funda la capital Qart Hadasht, que se convierte así en la primera gran ciudad cartaginesa que se yergue en Hispania. Es una ciudad de gran fuste, símbolo de la riqueza económica y comercial del momento.