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Pakistán revive la vergüenza de Abbottabad al divulgarse el informe oficial sobre Bin Laden

ISLAMABAD. Actualizado: Guardar
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La revelación de datos muy detallados sobre la estancia de Osama bin Laden en Pakistán durante casi diez años sin que llegara a ser detectado por las autoridades ha sumido de nuevo al país en la incredulidad y la vergüenza. La web de la televisión catarí Al-Yasira filtró ayer el contenido íntegro del informe elaborado por la comisión especial a la que el Gobierno paquistaní encargó investigar el asesinato de Bin Laden hace dos años a manos de fuerzas de élite de Estados Unidos. La principal conclusión del informe es que existió una «incompetencia rutinaria» en todos los niveles de la administración civil. El documento recoge los testimonios de 200 personas, entre ellas familiares de Bin Laden y altos cargos del Gobierno y de las fuerzas de seguridad. El relato elaborado con sus declaraciones establece que el terrorista saudí entró al país a mediados de 2002 tras evitar ser capturado durante la batalla de Tora Bora, en Afganistán, en diciembre de 2001, poco después de la invasión estadounidense.

Tras pasar un tiempo en territorio cercano a la frontera se desplazó al valle del Swat, donde pudo haber sido detectado en una de las ocasiones más claras con que se encontraron las autoridades paquistaníes, ocho años antes de la operación que acabó con su vida. Según dijo la viuda de uno sus guardaespaldas, en un desplazamiento por la región el vehículo en que viajaban fue detenido por exceso de velocidad, pero el policía que les paró no reconoció a Bin Laden.

Tal vez ya entonces hubiera cambiado su aspecto físico, como consta en el informe. Bin Laden llegó a vestir un sombrero vaquero para evitar ser reconocido por satélite, y lucía la cara afeitada. Su llegada a Abbottabad está fechada en agosto de 2005 y aún pasaron seis años antes de ser abatido por EE UUs. El informe entiende que la Inteligencia paquistaní no intentó investigar más sobre Bin Laden a partir de 2005 y considera que hubo un «colapso completo» de la aplicación de sus funciones por parte de las autoridades.

La comisión expresó su temor ante la posibilidad de que sus conclusiones fueran «ignoradas» debido a su tono crítico y pidió al Gobierno que las publicara, algo que no se hizo.