PAN Y CIRCO

EL UNIVERSO PARALELO DEL FÚTBOL

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Se hace desagradablemente habitual al leer la sección de deportes de la prensa ver que muchos de los equipos de fútbol aficionado de la provincia están a un plis de desaparecer y verse obligados a 'cerrar el kiosco'. Durante muchos años el fútbol amateur ha estado viviendo en un universo paralelo, totalmente irreal e inalcanzable para otros deportes. Un universo donde no existía la palabra 'Sostenibilidad'. Ni deportiva ni económica.

Hemos vivido en una realidad en la cual equipos de categoría regional pagaban a sus jugadores sueldos que superaban en muchos casos a los ingresos que recibía cualquier trabajador de 35-40 horas semanales. Equipos de Tercera asumiendo gastos de 20 jugadores de fuera de la provincia. Etc. Cabe recordar que se trata de un régimen amateur donde no hay derechos de televisión, ni grandes multinacionales, ni grandes taquillas. Se llegaban a casos en los cuales un jugador de fútbol de un club aficionado podía ingresar más que un atleta de talla internacional o uno de baloncesto profesional que realiza 7-8 entrenos semanales mañana y tarde. Pero a nadie nos sorprendía. Al fin y al cabo....era fútbol.

Con el actual contexto socio-económico de crisis que soporta el país y que se agrava en nuestra provincia, el mundo del fútbol aficionado ya no se mantiene ajeno. Como es de esperar en estos casos la adaptación suele ser traumática. La comunidad que rodea al fútbol (jugadores, entrenadores,..) se debe adaptar a presupuestos 'terrenales' basados en la capacidad de generar ingresos que tengan los clubes. Ahora, las compensaciones no dan para vivir exclusivamente de un deporte en regimen aficionado, sino que son sobresueldos o suplementos al sueldo que se reciba por la actividad profesional que cada uno tenga fuera del fútbol. Es decir: ahora hay deportistas amateur en clubes amateur. En cualquier caso quizás podamos sacar algo constructivo de lo negativo que tiene para todos la crisis actual, y es que ahora los clubes obligados a reinventarse, podrán construir sobre verdades y alejarse de promesas falsas que propiciaban deudas y acreedores.