Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Medio centenar de empresas dan trabajo a 463 víctimas de violencia de género

D. R.
MADRID.Actualizado:

Charo y Alina son dos valientes que un día decidieron poner fin a la tortura que estaban viviendo junto a sus hijos. La misma pesadilla que ha desembocado en los asesinatos de 27 mujeres durante los primeros seis meses de 2013 a manos de sus parejas. Unas muertes que han dejado, además, 26 huérfanos. Pero Charo y Alina dieron el paso. Denunciaron a sus agresores y buscaron rehacer sus vidas desde la nada. «Estaba anulada como persona. No estaba segura de nada», admite. Necesitaba reafirmarse como «mujer, madre y abuela» y encontró acomodo en la Cruz Roja, donde la recogieron, cuidaron y la ayudaron a salir a flote.

Esta organización, junto a otras 55, forma parte de la Red de Empresas por una Sociedad Libre de Violencia de Género, creada hace un año por el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales, y que ha permitido que 463 mujeres hayan rehecho su vida, como Alina. Con 43 años y siete hijos (tres a su cargo) ha plantado cara a la violencia machista. En un principio, lo hizo sola. Se buscó la manera de romper ese muro de silencio que atenaza a estas víctimas y comenzó a rehacer su vida. No pudo. «Tenía la autoestima muy baja», dice en el Ministerio. No se fiaba de nadie ni de nada, hasta que encontró acomodo en la Fundación Integra. Allí, como a Charo, la trataron y la recompusieron. «Por fin mi vida tiene sentido porque tengo algo por el que luchar. He recuperado la esperanza y la confianza». Su tesón y la colaboración de la fundación hicieron que lograra un empleo en Indra. Y cuando se terminó, no se rindió, y se buscó -«por mí misma»- un trabajo en el Ministerio de Justicia donde sigue trabajando. Dos ejemplos que reflejan «la capacidad de lucha y valentía», según destacó Ana Mato.