CICLISMO Y CINISMO

Empiezo a estar cansado de todos aquellos que critican el ciclismo por sistema y no valoran en su justa medida el brutal esfuerzo que hacen estos deportistas cada vez que se meten entre pecho y espalda más kilómetros que los que separan la AP4 de Cádiz a Sevilla un día sí y otro también, yendo o no 'hasta las trancas', como algunos acusan a todos refiriéndose al dopaje, quizá pensando que cualquier cosa que se tomen hace que los pedales se muevan automáticamente o que el sudor y el sufrimiento se transforma en una dulce siesta veraniega pertrechado en el sofá, con la compañía de Perico Delgado y el susurro de un helicóptero.

Cínicos que pretenden que seres humanos se conviertan en máquinas para demostrar la 'evolución' del deportista y su 'involución' como ser humano. Que no saben separar el grano de la paja y prefieren que paguen justos por pecadores.

Hemos pasado del todos somos presuntamente inocentes al todos somos presuntamente culpables. El que queda último en el Tour realmente sólo podría ser amateur y el que gana no es el mejor, sino el que más se dopa. Porque sí. Porque yo lo valgo. Y punto. Y ahora dime lo contrario, que por mucho que me razones, no encontraré más razón que la mía.

Los ciclistas son sólo el último eslabón de un negocio en el que nadie quiere renunciar a su parte del pastel. Ni están valorados como se merecen ni protegidos como sería conveniente. Porque mientras unos les juzgan con el mando a distancia en la mano otros juegan con su salud, en ocasiones sin voz ni voto, y ni mucho menos con la trascendencia en los resultados que muchos parecen asociar.

Chris Froome ganará el Tour salvo imprevisto porque es el ciclista más en forma y el que mejor ha preparado la ronda gala. Es mérito suyo haberle hecho ver a sus rivales que era muy difícil que este año se le escapara la victoria y demostrárselo en el primer contacto con la montaña. Luego están las estrategias de equipos, pensar en etapas y podio antes de 'quemarte' en busca del maillot amarillo. El negocio antes que la gloria...pero nunca sin esfuerzo.