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El recinto ferial de la Magdalena se inauguró en 1983 y ahora se plantea un cambio para el desarrollo de esa zona con la construcción de nuevos edificios. :: O. C.
SAN FERNANDO

Una feria de mudanza en mudanza

La Velada de la Virgen del Carmen se convirtió en feria y pasó por la plaza General Pidal, la del Rey y el parque Almirante Laulhé hasta su actual ubicación desde 1983 La Magdalena cumple 20 años como recinto y ahora se planea un nuevo traslado

CARLOS CHERBUY sanfernando@lavozdigital.es
SAN FERNANDO.Actualizado:

Quedan escasamente unos cinco días para que comience la fiesta popular más importante de San Fernando: La Feria del Carmen y de la Sal. Seis jornadas de fiesta que viven con intensidad todos los isleños y que se encuentra en medio de un nuevo intervalo de cambios. Es algo que siempre ha perseguido a este evento que ha ido creciendo con el paso de los años, aunque ahora parece sufrir una especie de estancamiento. Por ello se apuesta por el traslado del recinto a la zona de la Salina Belén y por llenar las jornadas de día, para volver a impulsar una Feria que ha sufrido cambios a lo largo de toda su historia. Un recorrido que la ha llevado de convertirse en Velada a Feria y de pasar de la plaza General Pidal a la Rodríguez de Arias, o desde la plaza del Rey hasta el parque Almirante Laulhé. Para que en 1983 se trasladara otra vez, en esta ocasión situando su recinto en el solar de la Magdalena. Cumple 20 años allí y en este periodo ha vivido su época de esplendor abriéndose a la Bahía. Una etapa que parece que se pierde y que se intenta evitar con otra mudanza y más cambios. Sea por la crisis o por otras causas lo cierto es que se ha pasado de centenares de casetas a contar este año con 44, cayendo la cifra en cada edición.

La fiesta se remonta al siglo XVIII teniendo sus comienzos en las celebraciones religiosas provenientes de la Advocación de la Virgen del Carmen. Pero poco a poco fue dejando su solemnidad devota para ser un festejo popular, acunado por la relación de la Virgen del Carmen con la Armada y los marineros, además de vincularse a la sal, en un municipio cuya industria dependía en gran parte de las salinas.

Así nace la Velada de la Virgen del Carmen que a lo largo del siglo XIX va creciendo hasta llegar en 1888 a la Plaza del Rey. Entonces se iluminaba el Ayuntamiento y por año seguía su expansión a lo largo de toda la calle Real. Desde la plaza Iglesia hasta llegar a cruzar Rosario. Ya entonces se atisbaba la esencia de los eventos que siempre acompañarían a esta celebración como las corridas de toros, pasando por otros que se perdieron con el paso del tiempo, como las cucañas. Eso sí ya había casetas, atracciones infantiles e incluso fuegos artificiales.

Finalmente a mediados del siglo XX se pretendió dar un nuevo impulso y por ello volvió a trasladarse el recinto ubicando su centro en el parque Almirante Laulhé, popularmente conocido como el parque de los patos. Allí las casetas centrales eran las de las empresas emergentes que aprovechaban para realizar encuentros de trabajadores como era el caso de Bazán o San Carlos. Sin olvidar la importante presencia de militares, algo que también se ha ido perdiendo, al igual que las grandes industrias en la ciudad.

Hay que destacar que se vivía a partir de la tarde y la noche y que poco tenía que ver con las sevillanas y volantes de trajes de gitana, más bien con los trajes de los domingos y las celebraciones. Quizás por seguir siendo más una velada que una feria. Un calificativo que le llegaría ya de forma totalmente asentada en 1983.

Entonces dejó de celebrarse tan cerca del casco urbano y ante la presencia de autos se hicieron miles de plazas de aparcamientos en sus inmediaciones. Un recinto más grande con más atracciones y casetas que llamó la atención de toda la Bahía, convirtiéndose en una de sus grandes fiestas. Llegó a conseguir el distintivo de Interés Turístico de Andalucía, que perdió durante un año para posteriormente recuperarlo. Pero entonces, ya finalizando la década de los años 90 y con el nuevo milenio, comenzó su decadencia.

Arrancaron las iniciativas para reactivarla y hasta se planteó la idea de cambiarla de fecha para que se celebrase en una época más propicia para vivir el día, como el mes de septiembre.

Lo llamativo es que actualmente en el ordenamiento de la ciudad no hay un lugar pintado para la Feria aunque se trabaja con Costas para que pueda ubicarse en la antigua salina Belén, mientras los esfuerzos se dirigen a potenciar las jornadas diurnas.