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El BCE garantiza tipos de interés bajos hasta que la economía despegue
Draghi da un giro histórico al asumir un compromiso a largo plazo y abre la puerta a reducir el precio del dinero por debajo del 0,5% actual
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl presidente del BCE, Mario Draghi, dio ayer un giro histórico en la estrategia de la entidad al comprometerse a mantener los tipos de interés en niveles extremadamente bajos durante un «prolongado» periodo de tiempo. Desde el inicio de sus actividades en 1999, el banco central había rechazado ofrecer indicaciones claras sobre sus decisiones a medio y largo plazo. El movimiento del responsable italiano, que abrió la puerta a una reducción de los tipos desde el 0,5% actual, desató la euforia en los mercados y sirvió como antídoto a las turbulencias provocadas por la Reserva Federal. El organismo norteamericano desencadenó el mes pasado un progresivo incremento de las primas de riesgo en Europa al sugerir el final de su larga política de estímulos.
Draghi explicó que los gobernadores de los distintos bancos centrales de la zona euro habían acordado por «unanimidad» ofrecer una señal clara sobre sus planes de futuro. El respaldo total del bloque implica que el Bundesbank, muy prudente con cualquier medida expansiva, también considera imprescindible garantizar la estabilidad y la confianza de los mercados. «El BCE ha tomado una decisión sin precedentes», corroboró el propio responsable italiano antes de justificar el viraje. El paso se pactó ante la constatación de que la inflación -el gran objetivo de la entidad- se mantendrá en niveles bajos dentro de un clima económico que no acaba de despejarse. Las previsiones auguran una recuperación en la segunda mitad del año, pero se teme que sea muy débil.
El jefe del eurobanco detalló la nueva estrategia tras la reunión mensual de la cúpula de la entidad. Draghi admitió que durante el encuentro se produjo una amplia discusión sobre la necesidad de haber ido todavía más lejos con una rebaja paralela de tipos. Actualmente, se encuentran en el mínimo histórico del 0,5%. Pese al intenso debate, se optó por aguardar acontecimientos y garantizar que nadie piensa en posibles subidas hasta que el crecimiento se haya afianzado. El banquero italiano rechazó precisar el plazo de tiempo en el que no se incrementarán los intereses, pero remarcó que un periodo prolongado «no son seis meses o un año».
Dentro de su compromiso por mantener el dinero barato para los bancos, Draghi agregó que tampoco sopesan ninguna restricción en la barra libre de liquidez puesta en marcha para agilizar los créditos. Consciente de que países como España e Italia siguen sin beneficiarse de este chorro monetario, abogó por romper la «fragmentación» de la zona euro con nuevos avances en la unión bancaria. En un intento por garantizar que las entidades pierdan el miedo y vuelvan a prestarse entre ellas sin importar la nacionalidad, el responsable transalpino no descartó introducir una tasa para penalizar a las firmas que aparquen sus fondos en el depósito del banco central. Hasta ahora, no cobra por este servicio.
Pendientes de EE UU
La intervención de Draghi ganó todavía más importancia por las inquietantes señales ofrecidas por la Reserva Federal el mes pasado. El responsable del organismo, Ben Bernanke, sorprendió al apuntar hacia la cancelación de una parte de las políticas de estímulo introducidas en 2008. En concreto, sugirió acabar con la compra de bonos para inyectar liquidez, un programa que el BCE vincula a que un país pida el rescate. El gesto de la entidad norteamericana provocó de inmediato una fuerte decepción en los mercados europeos y cortó el progresivo descenso de varias primas de riesgo, entre ellas la española. Draghi rechazó que el BCE se dedique a contraprogramar a su homólogo de EE UU e insistió en que actúan en función de sus observaciones.
Pese a negar cualquier vinculación con las decisiones de la Reserva Federal, el compromiso a medio plazo del BCE recuerda a una medida similar de Bernanke. A finales del año pasado, el responsable norteamericano se comprometió a mantener los tipos de interés en el entorno del 0% hasta que el paro no baje del 6,5%. Aunque uno de los objetivos del organismo pasa por apoyar la creación de empleo, nunca se había fijado una referencia numérica. En el caso del eurobanco, su mandato no contempla contribuir a estimular el mercado laboral, pero su decisión de ayer asegura que respaldará la recuperación hasta que tome cierta velocidad.
En su comparecencia, Draghi también rompió otra de sus reglas no escritas. Siempre alejado del análisis político, el banquero italiano se felicitó por el nombramiento de Maria Luísa Alburquerque como nueva ministra de Finanzas de Portugal. «El país está en buenas manos», apostilló. En los últimos días, la preocupación por la situación del país luso se ha disparado después de que dimitiera el anterior responsable económico, Vítor Gaspar. La renuncia se produjo dentro de las fuertes tensiones que vive la coalición de gobierno por los duros recortes aprobados y que han hecho temer la celebración de elecciones anticipadas. Ayer, sin embargo, las dos formaciones que integran el Ejecutivo contribuyeron a calmar a los mercados con la apertura de negociaciones.