COMIENZA LA FUNCIÓN
Actualizado: GuardarNo conozco un periodista al que no le «ponga» un cotilleo de la vida interna del PSOE. Hay al menos dos generaciones ya adiestradas en el género y en estas insólitas primarias ya están afilados todos los lápices, y los colmillos, para contar y captar lo que vaya pasando. Deben ser los «días de Movistar» (o Vodafone) por la cantidad de minutos tarifados de conversaciones cruzadas, a ver quién va con quién y quién rompe o se reconcilia. Un poco «rosa», sí, aunque con el incomparable morbo que agrega el poder.
Por lo visto en este arranque del proceso, parece que los críticos, que son las verdaderas estrellas de este género «político-couché», están desorientados, que la convocatoria les ha cogido con el pie cambiado y sin tiempo de armar una alternativa, de ahí su malestar por las prisas impuestas por Griñán. Esperaban dar la batalla en otoño, en las «primarias abiertas», con censos de simpatizantes primorosamente elaborados para arrimar el ascua a sus sardinas y esta «griñanada» les ha dejado sin reaccionar.
Sin embargo, también cunde la impresión, que el comité director del martes puso de manifiesto, de que ya no hay tantos disidentes alineados en los mismos bloques que se manifestaron en el congreso de Almería. De hecho, sólo hubo 17 abstenciones de los 201 asistentes y el 90% de los votos fueron favorables. Por lo que me cuentan, el nivel de dureza fue inferior «in situ» al esperado, aunque luego, en el run-run de la telefonía, parece que se ha transmitido la idea de un mayor enfrentamiento. Los abstencionistas procedían en su mayor parte de Cádiz, aunque ni siquiera todos los hasta ahora alineados tras Luis Pizarro se molestaron en acudir al cónclave, y de Sevilla. Entre sus filas ha cundido la idea de que no es preciso suicidarse o autoinmolarse, con los tiempos que corren.
Con todo, dando por supuesto que cada uno consigue sus 6.860 avales, nadie podrá jurar que las papeletas en las urnas se corresponderán con lo esperado. Ahí está la gracia.