Un alto funcionario suave en las formas, pero duro y decidido en el fondo
SEVILLA.Actualizado:Quien piense que Luis Planas puede prestarse a ser un «hombre de paja» en la estrategia de Griñán, o de cualquier otro, es que no conoce a Luis Planas. En eso coinciden varias fuentes que le conocen bien. El actual consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente no tiene un carácter fácilmente influenciable, con independencia de como le salga este salto en el vacío que acaba de dar, a sus 60 años.
Planas, licenciado en Derecho, inspector de Trabajo, da el perfil típico del alto funcionario, curtido en la diplomacia y en situaciones muy difíciles, como la post-crisis del Perejil en Marruecos o el ataque de los mercados contra la España de Zapatero en Bruselas. Muy preparado, políglota, cosmopolita, exquisito en el trato, quienes le conocen saben que pese a sus suaves maneras y su pausado hablar es osado en la toma de decisiones y no le cuesta dar pasos difíciles. El ha dicho de sí mismo que «soy educado, pero quienes negocian conmigo saben que no soy blando».
Planas milita desde hace 30 años en el PSOE y comenzó su carrera política como diputado en 1982. Fue consejero con Manuel Chaves en dos ocasiones, en 1993-94 de Agricultura y del 94 al 96 de Presidencia, cuando le tocó ser el «escudero» en la 'legislatura de la pinza' hasta que le sustituyó Gaspar Zarrías, en 1996.
Entonces se marchó a Bruselas, donde fue jefe de gabinete de Manuel Marín, vicepresidente de la Comisión Europea, y de Pedro Solbes, comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, desde 1999 y hasta 2004. Una de las primeras decisiones que el PP tomó tras ganar las elecciones generales fue sustituirle como embajador ante la 'Coreper', la comisión de representantes permanentes, para general enfado de sus colegas.
Unos meses después Griñán lo rescataba para la política de primera línea y le encomendaba una de las áreas de más peso de su Gobierno, una consejería que en realidad son dos y media, pues une las competencias de agricultura y pesca a las de medio ambiente y las de urbanismo. Sin embargo Planas, que no es parlamentario, no ha tenido nunca peso orgánico en el partido. No es un hombre de aparato ni está adiestrado en las prácticas sectarias de cuchillo en los dientes. Su estilo es más de buscar consensos, como ha hecho con el ministro Arias en la negociación de la PAC en Bruselas, por lo que ha sido muy criticado,y no ceder a componendas, lo que le ha llevado a enfrentarse con el PSOE de Córdoba, su demarcación, por no legalizar unas naves de «Sandokán».