'Las meninas' en viñetas verán la luz el año que viene
El auge de la novela gráfica responde al abaratamiento de los costes y la proliferación de festivales
MADRID. Actualizado: GuardarSantiago García no para. A su condición de estudioso de la novela gráfica une su faceta de escritor de cómics. García trabaja con el dibujante Javier Olivares en una historieta que lleva por título 'Las meninas', una obra que espera publicar el año que viene. «Estamos tan obsesionados con Velázquez que necesitábamos desahogarnos», argumenta el guionista en su blog. Olivares está dándole duro a los lápices y lleva ya un buen puñado de páginas terminadas.
Los cómics en forma de tomos están de moda. No es ningún secreto que estas preciosas y esmeradas ediciones, destinadas a los amantes del 'libro objeto', sirven para financiar apuestas más arriesgadas de las editoriales literarias independientes. Por añadidura, estas novelas gráficas que exhalan el perfume delicioso de las páginas de Tintín sortean mejor las devastaciones de la piratería digital que las tradicionales.
Desde hace décadas las viñetas de los dibujantes cuelgan de los muros de los museos. En 1964, el cotizado artista pop Roy Lichtenstein sedujo a una audiencia de historietistas mal pagados y que trabajaban a destajo. Los segundos eran miembros de la National Cartoonist Association. Aquellos pintamonas neoyorquinos estaban dispuestos a desollar al afamado artista porque le consideraban un parásito que plagiaba sus trabajos. Pero pronto se convencieron de que Lichtenstein era uno de los suyos, un miembro de la misma tribu, aunque el pintor vendiese como rosquillas y los dibujantes se rascasen los bolsillos con poca fortuna.
La primera década del siglo XXI es testigo de una aparente explosión de la historieta. Se ha llegado a esta situación gracias al abaratamiento de los costes de producción, la proliferación de contactos internacionales a través de internet y los numerosos festivales de cómic.