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Cuando enseñar inglés se vuelve mortal

El estadounidene Andrew Driscoll Pochter, miembro de una ONG educativa, perdió la vida en los disturbios del viernes

R. C.
EL CAIRO.Actualizado:

Cuando cayó apuñalado para no levantarse más, Andrew Driscoll Pochter estaba muy lejos de casa. El universitario estadounidense de 21 años es una de las cuatro víctimas mortales de la violenta protesta que se desmadró la noche del viernes en la ciudad egipcia de Alejandría. La movilización, a cargo de opositores al presidente del país, Mohamed Mursi, derivó en el incendio de la sede local de los Hermanos Musulmanes, grupo al que pertenece el mandatario. En los disturbios, numerosos participantes quemaban fotografías de la embajadora de Estados Unidos, Anne Patterson -que hace unos días había cuestionado la oportunidad de las protestas-, y reclamaban la vuelta de los militares al poder. Todos estos ingredientes convirtieron la noche de Alejandría en un lugar poco acogedor para un joven colaborador de la organización sin ánimo de lucro Amideast, comprometida con la educación, la formación y el desarrollo internacional. Según diversas fuentes, Andrew Pochter grababa imágenes de la protesta con su teléfono móvil. Y en un momento en que la movilización a la que asistía como espectador se tornó especialmente violenta y peligrosa -se enfrentaban ya abiertamente los promotores de la marcha y seguidores de Mursi- alguien le hirió en el pecho «con una especie de machete».

El general Amin Ezedin, máximo responsable de la seguridad en la segunda ciudad egipcia, atribuyó el asesinato de Pochter y de al menos otras tres personas a «matones». Varios de los participantes de la protesta ayudaron a trasladar al joven estadounidense a una ambulancia. Según Ezedin, el cooperante murió hacia las 22.00 horas en el hospital militar de Alejandría. Su cadáver seguía anoche en la morgue. La Embajada de EE UU en El Cairo, que tardó lo suyo en confirmar que un compatriota había perdido la vida en los disturbios.