España conquista Francia y Europa
Liderada por Sancho Lyttle y Alba Torrens, la selección se proclama campeona continental 20 años después, en la despedida de Amaya y Elisa
Actualizado:España es campeona de Europa de baloncesto femenino 20 años después. Liderada por Sancho Lyttle y Alba Torrens, esta selección que rebosa talento y ambición conquistó este domingo su segundo título continental frente al mismo rival ante el que se adjudicó el primero en 1993, pero esta vez lo hizo en su propia casa. Doble mérito para esta España que conquistó Francia y Europa el mismo día y lo hizo a lo grande, el de la despedida de la selección de dos estandartes, Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, encargadas de levantar el trofeo de campeonas. Un oro para España labrado a base de sacrificio, gran baloncesto y mentalidad ganadora, con la frialdad de equipo curtido y de enorme fortaleza mental en los momentos decisivos. España vuelve a reinar en el continente, con un juego alegre, descarado y, pleno de victorias y de competitividad.
Francia era la gran favorita al título, pero la selección de Lucas Mondelo, con la mejor jugadora del Eurobasket, Sancho Lyttle, superó prácticamente durante todo el partido a una Francia a la que no le bastó su físico. Con la potencia e intimidación de Sancho y la clase de Alba, no hay mejor selección en Europa que esta España que en la lucha por la corona, salvo en el segundo cuarto, dio una lección de 'basket' a un equipo galo que no pudo sobrevivir solo con la genial Sandrine Gruda.
Han tenido que pasar dos decenios para regresar a lo más alto del podio, pero para España el metal que se aseguró con su victoria en las semifinales supone ya la séptima medalla en las siete últimas ediciones de un Europeo y certifica que el baloncesto femenino sigue en auge. Tras la enorme decepción del anterior Eurobasket de Polonia hace dos años y quedarse sin Juegos Olímpicos, esta España de baloncesto alegre y ofensivo, liberada de todo complejo, vuelve a ser la reina del viejo continente, con la contundencia y derroche físico de Sancho, y la calidad y visión de juego que desborda Alba Torrens.
También hubo sitio para las mal llamadas secundarias, porque tras Cindy Lima, eliminada con un 61-55 que presagiaba mucho sufrimiento, llegó el turno de Laia Palau, clave con su pase a Sancho que acabó con una canasta de la pívot nacionalizada sobre la bocina que ratificaba el merecido título: 70-67 a falta de 7,5 segundos para el final. Quedaba un último ataque para Francia, el ataque del oro, pero ni siquiera fue necesaria la falta que tenía prevista España, que acabó con su rival gracias a dos jugadoras inmensas, pero también con su defensa -la zonal desconcertó a las galas- y su capacidad para soportar la presión cuando la final se puso complicada.
Sancho y Alba, desde fuera
España tuvo que dar lo mejor de sí en un segundo tiempo muy equilibrado, ya que al descanso con solo un punto de ventaja. Sin embargo, en su mejor momento, llegó a tener 12 (26-14) tras un primer cuarto espectacular en el que su defensa anuló a la francesas, excepto a Gruda, y disfrutó corriendo y reboteando, agarrada a las de siempre: Sancho Lyttle y Alba Torrens. Sin embargo, la reacción de las anfitrionas no se hizo esperar, y la selección se agarrotó en el segundo parcial, encajando un parcial de 0-13, hasta un 26-27 que ya era más lógico. Sancho, con muchos problemas en la zona, no pudo imponerse entonces donde debía, y tuvo que intentarlo desde fuera, al igual que Torrens, de quien se echaban en falta sus penetraciones. Al menos, Cindy Lima se sumó a la pareja de puntales de España, con demasiados altibajos en ese primer tiempo en el que Francia fue imponiendo su físico.
La preocupación era que Sancho Lyttle no había descansado en la primera mitad y, pese a sus 10 puntos al descanso, las francesas le iban tomando la medida a la determinante pívot del equipo de Lucas Mondelo. Obligadas ella y Torrens a los triples, Francia disfrutaba de un gran porcentaje de efectividad, al contrario que España, que fue en declive tras un arranque espectacular en el que fue muy atrevida y abrió una brecha sorprendente. Porque España esperaba ir siempre por detrás en el marcador, pero ocurrió lo contrario, porque quiso tomar las riendas desde el pitido inicial y no se asustó ante la fortaleza física de las locales. Ante la el poderío físico, España impuso baloncesto.