OPERACIÓN 'SUSANA'
Actualizado:La reacción política ante la convocatoria urgente de primarias para elegir al candidato a la Junta es variopinta. A todos, salvo a los cercanos al presidente, les ha pillado desprevenidos. La reacción más furibunda viene de los de su partido, de los llamados críticos, entre ellos dos expresidentes, Chaves y Borbolla. A la vieja guardia no le ha sentado bien porque entienden que estos no son modos. ¿Por qué llaman golpe de mano a la operación lanzada por Griñán? Sencillamente por el efecto sorpresa.
Si todo le sale como ha planificado junto a Mario Jiménez puede decirse que el presidente andaluz es un genio. Si no, dará la razón a los que en su partido opinan esta semana que es un loco. Dijo hace un año y durante meses que estaría encantado con ser candidato. Una forma de apaciguar y desactivar a los críticos que le plantaron cara en el congreso del PSOE andaluz. Ahora dice la verdad, que ya me apuntó durante la campaña electoral: Quiere irse porque tiene edad de jubilado, quiere disfrutar de su familia y dedicarle tiempo a sus cosas, su música, sus libros...
El enfado de los críticos no está solo en que no da tiempo a preparar a un candidato. A lo que no les da tampoco tiempo es a controlar el censo de militantes y, por consiguiente, votantes para las primarias. Debe estar cerrado el próximo martes. Una semana justa. En realidad los modos son muy parecidos. A Griñán también se le puede adjudicar la frase de Lampedusa: «Todo cambia para que todo siga igual».
Otra cosa que fastidia a los veteranos es que Griñán quiera irse dando lecciones de que no se puede estar toda la vida en política y agarrarse al sillón como al faro de Alejandría. Borbolla ya no está en activo, pero Chaves sí. Muchos piensan que los mensajes de Griñán de su discurso iban dirigidos a Rubalcaba, puede que en parte sí, pero creo que sobre todo iban dirigidos con metralla hacia Chaves. Una enmienda a la totalidad de su forma de gobernar y llevar el partido. Una forma de desahogarse por la herencia de los ERE, su auténtico suplicio.
La lección de dar paso a savia nueva la quiere poner en práctica con Susana Díaz. Con ella además cumple una vieja aspiración de las mujeres del partido: una de ellas en el puente de mando. Griñán siempre se ha confesado feminista y creo que lo es mucho más incluso que Susana Díaz. Para que salga bien la 'operación Susana' Mario Jiménez ha tenido que dar un paso atrás, descartarse como sucesor y dejar todo el espacio a la política de Triana.
Los críticos veteranos fruncen el ceño por ese poso misógino que anida en los partidos de izquierdas desde las internacionales decimonónicas. Cuestionan que no está suficientemente preparada, que carece de nivel intelectual. Díaz lleva a gala ser hija de fontanero y de haber nacido en un barrio popular. Una circunstancia biográfica que chirría a los más exquisitos de su partido, pero que puede servir de gancho electoral. Griñán habla mucho de la política norteamericana como ejemplo (limitación de mandatos). ¿Será Díaz su Hillary Clinton? Los críticos buscan a su Obama.