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Los destinos de Obama y Mandela se cruzan en Sudáfrica
El presidente de EE UU aterriza entre abucheos mientras la nación permanece en vilo por el héroe de la reconciliación
Actualizado: GuardarDurante meses la Casa Blanca planificó con sumo cuidado la que consideraban una de las giras más memorables del primer presidente negro de EE UU. La gran visita de Barack Obama por África: el continente donde yacen buena parte de las raíces del hijo mestizo de un inmigrante keniano y esposo de una descendiente de esclavos. Nunca antes el simbolismo fue mayor. Por ese motivo, las autoridades prepararon minuciosamente el histórico viaje. Las máximas aspiraciones estaban depositadas en Sudáfrica. Pero las circunstancias que atraviesa un país en vilo por Nelson Mandela y el creciente movimiento de repulsa contra el mandatario norteamericano arrojan sombras sobre un destino que se prometía idílico.
Obama aterrizó ayer en el país del arcoíris junto a su esposa, Michelle, y sus dos hijas, Malia y Sasha. Era el segundo Estado africano recogido en una agenda que ya le ha llevado a Senegal y prevé poner el broche final en Tanzania. La bienvenida, sin embargo, no fue la deseada. Cientos de manifestantes de diversos grupos políticos y sociales recorrieron las calles de Pretoria para protestar contra el «primer asesino del mundo». «No, no puedes espiarme» y «Obama, deja de apoyar a dictadores», fue el grito que acompañó la marcha, convocada por el Partido Comunista y la principal agrupación sindical de Sudáfrica, Cosatu.
Horas antes de que los Obama descendieran por las escalerillas del Air Force One, la Asociación de Abogados Musulmanes incluso pidió a la Fiscalía sudafricana el arresto del presidente estadounidense. La solicitud fue rechazada, pero ello no impidió que los letrados acusaran al inquilino de la Casa Blanca de «genocidio» y «crímenes contra la humanidad» por el uso de aviones no tripulados para matar a presuntos terroristas. La indignación también se dejó sentir frente a la Embajada de EE UU en Pretoria, donde medio centenar de estudiantes musulmanes se congregaron para expresar su malestar. «Estamos aquí para protestar por la visita de Barack Hussein Obama por su brutal política extranjera», denunció el imán Syed Sayeed.
Las movilizaciones amenazan con perseguir a Obama allá donde vaya. El presidente hoy tiene previsto iniciar su programa oficial con un acto ante universitarios en el antiguo gueto negro de Soweto. Las protestas estarán presentes. Organizaciones de estudiantes ya se han dado cita para condenar no solo el viaje del gobernante norteamericano, sino la decisión de la Universidad de Johannesburgo de otorgarle el título Honoris Causa. De nada ha servido que las autoridades académicas explicaran que el reconocimiento no está dirigido a la política estadounidense y que es únicamente un premio al «mérito personal».
Los términos empleados por Obama para referirse a una hipotética visita al héroe de la lucha contra el apartheid, de 94 años, tampoco le han dejado en buen lugar. «Veremos cómo está la situación cuando aterricemos. No necesito una foto con Mandela», aseguró de forma contundente, al tiempo que matizó que lo último que pretende es «ser inoportuno en momentos de inquietud familiar». Las dudas sobre un posible encuentro con el expresidente fueron disipadas ayer por el Gobierno sudafricano al afirmar en un comunicado que no está previsto que el jefe de la Casa Blanca acuda al Medi-Clinic Heart de Pretoria debido al delicado estado de salud que afronta el también Nobel de la Paz y primer presidente negro de Sudáfrica.
Leve mejoría
Las autoridades explicaron ayer que Madiba -como le llaman cariñosamente- había experimentado una leve recuperación, si bien continúa desde el domingo en situación crítica. El parte emitido por el Gobierno fue confirmado por la exmujer de Mandela, Winnie Madikizela, quien dio muestras de optimismo a su salida del centro médico. Ha habido una mejoría respecto a hace unos días», señaló a las decenas de reporteros que continúan a las puertas del hospital junto a numerosos simpatizantes que acuden cada día a mostrar su apoyo al querido expresidente.
La verja exterior del centro médico donde permanece ingresado el exmandatario desde el 8 de junio se ha erigido en un colorido muro abarrotado de flores, globos, retratos y mensajes de cariño. «Te queremos, Mandela», cantaban a coro una veintena de niños, que dejaron coloridas tarjetas y cartulinas en las que daban las gracias al dirigente por la lucha que llevó a cabo para derrotar al régimen segregacionista del apartheid. Entre las personas que aguardaban noticias frente al hospital destacaba la presencia de Ela Gandhi, la nieta de Mahatma Gandhi, el líder pacifista indio que inspiró al icono de la reconciliación.
Contagiados por los continuos homenajes que se suceden por Mandela, Obama y su familia también aprovecharán la gira para expresar su admiración por el líder sudafricano. De ahí que tengan prevista una visita a Robben Island, el lugar donde el expresidente permaneció 18 de los 27 años que pasó en prisión. «Es un héroe para el mundo y cuando se vaya de este mundo su legado perdurará».