Alemania advierte de que no hay «milagros» contra el paro
BRUSELAS. Actualizado: GuardarAngela Merkel cerró ayer la cumbre de presidentes de la UE con un nuevo baño de realidad. Tras semanas de discusiones sobre las mejores fórmulas para combatir el desempleo juvenil, la canciller alemana pidió a los socios ser «honestos» y reconocer que las soluciones solo llegarán a «largo plazo». Tomando a España como ejemplo, insistió en que no se puede prometer al millón de jóvenes sin trabajo una oferta laboral inmediata pese al paquete de medidas aprobadas por los Veintisiete. Este programa, que podría alcanzar los 8.000 millones, busca mejorar las perspectivas de los menores de 25 años con una orientación personalizada basada en las experiencias desarrolladas por Alemania y Austria.
La canciller germana admitió al término de la cita en Bruselas que los planes comunitarios son «muy ambiciosos». Los socios pactaron movilizar un fondo de 6.000 millones, que podría reforzarse con 2.000 más si se aprovechan todos los resquicios presupuestarios. Estas cantidades se concentrarán en los próximos dos años para desarrollar la garantía juvenil, una propuesta europea concebida para ofrecer respuestas en cuatro meses. En este tiempo, los servicios públicos de empleo deben presentar a los jóvenes una oferta laboral concreta o nuevas opciones de formación. El Parlamento Europeo advirtió de que un esfuerzo de asesoramiento semejante necesitaría una inversión de 21.000 millones.
Merkel se alineó con las tesis de la Eurocámara y reclamó «no despertar falsas expectativas» que solo pueden conducir a la «decepción». «Si uno piensa que en España hay aproximadamente un millón de jóvenes desempleados, entonces no es tan fácil decir que en un breve periodo de tiempo podremos ofrecerles un puesto de trabajo a cada uno», ratificó. Pese a que Alemania disfruta de una tasa de paro juvenil del 7,5% frente al 56,4% español, la líder conservadora recalcó que conoce el problema de «primera mano». Según recordó, durante la época de la reunificación germana -su padre fue pastor protestante en la parte comunista- el país se enfrentó a graves dificultades en el mercado laboral.
Aunque llamó a la sensatez, la canciller también dejó algún margen para la esperanza. Siguiendo con el ejemplo de España y agregando el caso de Portugal, remarcó la importancia de reabrir el crédito a las pymes para reducir el desempleo. Los Veintisiete analizaron a fondo la cuestión, pero retrasaron hasta el año próximo la puesta en marcha de medidas específicas. El objetivo es que la Comisión y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) colaboren para obtener financiación en los mercados que contribuya a aliviar la falta de préstamos.
Podrían inyectarse hasta 100.000 millones, una cifra pendiente de validación porque no quiere ponerse en riesgo la Triple A del BEI con un endeudamiento excesivo.