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El nuevo Berlusconi en la escena política italiana se llama Marina
Crecen los rumores sobre la entrada en política de la hija del magnate para sucederle al frente de la derecha, aunque ella lo niega
ROMA. Actualizado: GuardarPuede ser que el líder de la derecha en las próximas elecciones italianas sea otra vez Berlusconi, pero que se llame Marina. La entrada en política de la hija mayor de Berlusconi, de 47 años, presidenta de su imperio Fininvest, verdadera heredera del magnate en la astucia para los negocios, es un chascarillo recurrente desde hace tiempo, pero esta semana se ha disparado. Quizá suene disparatado, pero todo es posible en un partido, el PDL, repleto de pelotas donde hay carreras para hacer lo que diga el jefe. La idea está cosechando una amplia aceptación interna. La clave es que él pone el dinero y Marina seguiría teniendo las llaves de la caja.
Casada en 2008 con Maurizio Vanadia, primer bailarín retirado de la Scala, y con dos hijos, no es simpática como su padre, escasean fotos suyas sonriendo, jamás ha salido en la tele, es negada para la naturalidad, muy ceñuda. Pero ese cabreo sería el motor para su lanzamiento. Cada vez son más frecuentes sus entrevistas para despotricar por los ataques contra su padre. La última declaración, el lunes, para despreciar la condena en el 'caso Ruby'.
El detonante de los rumores ha sido la revelación de un 'fontanero' político muy bien informado, Luigi Bisignani, aunque ahora anda vendiendo un libro. Asegura que el lunes, en una cena marcada por la sentencia, en casa del líder de la derecha se reunieron la familia y colabores íntimos y se produjo una suerte de investidura de Marina para que tomara el relevo del patriarca. Y ella habría aceptado. La interesada lo desmintió ayer con una nota que rechazaba las informaciones como «desprovistas de fundamento». Algunos medios aseguran también que no le interesa nada en este momento porque sus empresas están en apuros y cerrarán el año con pérdidas de 200 millones.
Pero tardó 24 horas en desmentirlo y fue un test en toda regla. El ala más incondicional del PDL le hizo la ola. Sobre todo las llamadas 'amazonas' de Berlusconi, un nutrido grupo de diputadas que parecen de un casting para la doble de Cruella de Vil, la mala de '101 dálmatas'. Aunque hubo reacciones negativas. El portavoz del PDL (Pueblo de la Libertad) en el Parlamento, Renato Brunetta, djo que está en contra de las «dinastías». También la novia formal de Berlusconi, Francesca Pascale, dejó caer que «a su padre no le gustaría, con lo que él ha sufrido en política».
Precario gobierno
La verdad es que el exprimer ministro, de 75 años, afrontará a final de año una posible condena, ya definitiva, de inhabilitación de cinco años en cargos públicos por fraude fiscal en el 'caso Mediaset'. Este es el factor que condiciona ahora toda la política italiana, nada de altos ideales ni la crisis. El 'Cavaliere' sabe que se debe mover antes de esa fecha y ganar unas elecciones anticipadas. Parece cantado que el precario Gobierno de Enrico Letta no pasará del otoño. El problema es que en los últimos comicios, en las que el magnate amagó que no se presentaba, no encontró un sucesor y sigue sin tenerlo. Angelino Alfano, secretario general a dedo, daba pena y un ensayo de primarias dio miedo por los personajes que se presentaron. El PDL se hundía en las encuestas hasta que Berlusconi volvió.
La opción de Marina le garantiza continuidad absoluta en sus intereses y es como si estuviera él para seguir enredando y arreglando sus procesos. Desde luego en el PDL se prepara una nueva operación de cirugía plástica para volver a la sigla juvenil y original de Forza Italia, con la que Berlusconi irrumpió en política en 1994. Le llaman Forza Italia 2.0. Sería coherente con la idea de un nuevo comienzo. O lo que sea eso.