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Artur Mas conversa ayer con la presidenta del Parlamento catalán, Nuria de Gispert. :: ANDREU DALMAU / EFE
ESPAÑA

Artur Mas pedirá por carta a Rajoy la celebración de la consulta

Los empresarios trasladan al presidente catalán los riesgos de desinversión con el proceso soberanista

CRISTIAN REINO
BARCELONA.Actualizado:

Artur Mas hará en breve la solicitud formal al presidente del Gobierno para que autorice la convocatoria de una consulta soberanista en Cataluña. Al final, no habrá petición solemne en el palacio de la Moncloa, como quería Esquerra Republicana, sino que la fórmula será la de una carta.

Ese es el encargo que recibió ayer el presidente catalán en la reunión constitutiva del pacto nacional por el derecho a decidir, el organismo consultivo en el que se agrupan los partidos, instituciones y entidades sociales que están a favor de la celebración de un referéndum. En total son una cuarentena de siglas, desde patronales, sindicatos, asociaciones culturales y profesionales, y entidades vecinales, hasta las cuatro formaciones, CiU, ERC, ICV y la CUP, que defienden sin matices que Cataluña es soberana y tiene derecho a elegir su relación con el resto de España a través de las urnas.

Lo que Mas trasladará al presidente del Gobierno, según relató el consejero de la Presidencia, será lo mismo que repite desde las elecciones de noviembre; que Cataluña pueda celebrar una consulta porque lo reclama la mayoría de la sociedad, y que existen vías dentro de la legislación española para poder convocarla. «La democracia es la solución, no el problema», expresó Francesc Homs, quien reiteró la voluntad de negociación con el Ejecutivo central para que el proceso soberanista se haga en el marco de la ley.

A su juicio, existen cinco opciones de consulta legal: la vía escocesa, en virtud del artículo 92.1 de la Constitución; la ley catalana de consultas vigente, aprobada por el tripartito; la nueva normativa que se tramita en el Parlamento autonómico; la delegación de competencias que contempla el artículo 150.2 de la Carta Magna; y la propia reforma constitucional. Para las cinco es necesaria la voluntad política del Ejecutivo central, aunque hay alternativas como una consulta no autorizada, unas elecciones plebiscitarias o incluso una declaración unilateral de independencia, según señaló Carles Viver i Pi-Sunyer, presidente del consejo asesor para la transición nacional.

Garantías legales

La opción rupturista es la que rechazan los empresarios y así lo expresaron en la reunión del pacto por el derecho a decidir de ayer. Agrupados en el Consejo General de Cámaras de Comercio de Cataluña, mostraron su respaldo a que Cataluña pueda votar su relación con España, aunque con matices. Los empresarios consideran que cualquier escenario de futuro de Cataluña debe pasar por la Unión Europea y reclaman que la consulta sea pactada con el Gobierno central con «plenas garantías legales» y «resultado vinculante». Además, las cámaras advierten de que el proceso soberanista puede paralizar inversiones en Cataluña y provocar consecuencias para las empresas catalanas que tienen actividad en el resto de España.

El Ejecutivo de Mas interpretó la disparidad dentro del pacto como un ejemplo de que el apoyo al proceso es transversal, sobrepasa a la dinámica de los partidos y a los gobiernos e implica a la sociedad casi en su conjunto. Eso es lo que buscaba Mas, una foto, en la que no estaban todos, faltaban el PSC, PP, Ciutadans y la patronal Foment, entre otros, pero una imagen plural con la que el presidente de la Generalitat quiere recordar a Mariano Rajoy que el derecho a decidir no es el capricho de unos pocos y cuenta, según las encuestas, con el respaldo mayoritario de la sociedad.