Portugal vive un día de huelga contra las políticas del Gobierno
Se trata del cuarto paro de carácter general que se convoca en los dos últimos años
LISBOA Actualizado: GuardarLa huelga general convocada en Portugal en protesta contra las medidas de austeridad del rescate financiero ha tenido un alto seguimiento en sus primeras horas, sobre todo en servicios y transporte público, han señalado los sindicatos. El Gobierno y los representantes empresariales no han dado datos hasta el momento sobre la incidencia del paro. Armando Faría, dirigente de la mayor central sindical de Portugal, la CGTP, de línea comunista, ha aclarado los "visibles efectos" de la huelga en los servicios de recogida de basuras, sanidad, transportes y fábricas durante el turno de noche.
Faría estimó en torno al 80 % la adhesión a la huelga en esos sectores desde la madrugada de hoy, mientras portavoces del gremio de los enfermeros daban un porcentaje similar de la incidencia en su colectivo. No obstante, y pese a la paralización del metro, los servicios ferroviarios y el transporte fluvial que utilizan cientos de miles de lisboetas, los accesos a la capital y las mayores ciudades lusas registraban atascos de tráfico peores de lo habitual y numerosos comercios y empresas privadas operaban con normalidad.
Según los portavoces sindicales, testimonios de ciudadanos e informes de los medios lusos, la jornada de huelga general tiene un notorio impacto en todas las áreas del sector público y en algunas de las mayores industrias. "Las cifras que manejamos revelan una fuerte adhesión durante la noche y ahora estamos recopilando las estadísticas de la mañana, pero confirman esa misma tendencia", aseguró Faría. Además de la paralización en los transportes, que en el caso de Lisboa apenas cuenta con servicios mínimos en los autobuses, en el sector sanitario funcionan con dificultades las consultas y cirugías de los principales hospitales y diversas dependencias de la administración pública, tanto central como municipal.
Esta huelga general, la cuarta convocada en los dos años de legislatura del primer ministro Pedro Passos Coelho, tiene por objetivo rechazar sus políticas de austeridad, adoptadas bajo las duras condiciones del rescate financiero que solicitó Portugal dos meses antes de la victoria electoral de los conservadores. Los sindicatos achacan a esas medidas el agravamiento de la crisis económica en el país, que vive su tercer año consecutivo de recesión, y el fuerte aumento del desempleo, que se ha disparado durante el mandato de Passos Coelho al 18 % y no da muestras de remitir.
Reforma estatal
El motivo concreto de esta nueva movilización es la reforma del Estado que prepara el Ejecutivo para ahorrar 4.700 millones de euros en el gasto público, para lo que prevé la reducción de la plantilla de funcionarios así como cambios en el sistema de pensiones. Desde la CGTP, criticaron que el Gobierno utilice para justificar su decisión de rebajar el número de funcionarios y cambiar sus condiciones laborales la idea de que éstos disfrutan de más ventajas y prebendas que quienes trabajan en el sector privado.
"Esta estrategia de intentar dividir a los trabajadores ya no engaña a nadie, los portugueses se han dado cuenta de que esta ofensiva contra el sector público puede ser el inicio de recortes también en el privado y perjudica, además, servicios a los que accedemos todos, como la educación o la sanidad", agregó Faría. Entre las grandes empresas afectadas por la jornada de huelga está Autoeuropa, la mayor fábrica de automóviles de Portugal -su volumen de negocios equivale a cerca de un 1 % del PIB luso- y que optó por suspender la producción hoy ante la perspectiva de no poder contar con el suministro habitual de sus proveedores. En el ámbito sanitario fueron canceladas centenares de consultas sólo en Lisboa debido a la elevada adhesión a la huelga en algunos hospitales, mientras las urgencias funcionaron en todo el país aunque con servicios mínimos, según fuentes sindicales. E