España se agarra al balón y a Jesé

España se agarró al balón, al contragolpe para definir y al deslumbrante Jesé para sumar frente a Francia su tercera victoria consecutiva en el Mundial sub-20, certificar como primera de grupo el pase a octavos que ya tenía asegurado, y garantizarse su continuidad en Estambul durante unos días más. Ante los franceses, reservado Deulofeu, Jesé volvió a exhibirse, como goleador, como hizo frente a Estados Unidos y Ghana, y con una clase asombrosa también para desequilibrar, buscar espacios y asociarse, como estrella indiscutible de una selección que confirma cada jornada que pasa su condición de favorita al título.

Con la clase y la capacidad de resolución de Jesé, que ya lleva cuatro golpes en este Mundial, el equipo de Julen Lopetegui está un escalón por encima del resto y, por si fuera poco, con el liderato ha allanado su camino en las eliminatorias decisivas. Le dio igual el físico de Francia y su peligro por alto a balón parado, porque con la pelota en su poder, el dominio absoluto y el control del juego que ejerció en todas las fases salvo en la recta final, pudo incluso afrontar un partido relativamente cómodo frente a un rival que, sin el sancionado Pogba, aspiraba a arrebatarle la primera plaza.

Los goles no cayeron por elaboración colectiva, como podría esperarse dado el nivel de los españoles con el balón, al que también están aliados no solo los de la absoluta y los recientes campeones de Europa sub-21, sino también los integrantes de este equipo sub-20 tan maduro, equilibrado en el centro y letal en ataque. Fue a la contra como España fulminó a Francia, con una genial acción individual de Jesé, que dejó sentado a un defensa para dar la asistencia a Alcácer, autor de un gran gol con la zurda, y con un balón en largo de Suso a la perla canaria del Real Madrid, que controló y no se puso nervioso ante el portero para marcar el segundo. También tuvo Jesé un remate al palo al filo del descanso, cuando España ya había demostrado su gran superioridad ante un equipo francés que, salvo en el arreón de los últimos minutos, ya a la desesperada, no dejó de correr tras el balón del que se apropiaron los jugadores de Lopetegui.

Aunque Sotres no tuvo excesivo trabajo, Francia sí se aprovechó algunos desajustes defensivos de España, como ocurrió con el tanto que logró en el tiempo añadido, y al igual que el poste salvó a la selección en el minuto 73 tras un disparo de Kondogbia, el portero de la selección también estuvo notable cuando le tocó responder. Al principio y al final de un encuentro en el que Francia tuvo ocasiones muy esporádicas y en el que España, con Óliver también creciendo, siempre llevó el ritmo, muy alto durante gran parte del encuentro, y ejerció la autoridad que se le suponía. Jugando así, y con Jesé tan fresco, aunque no haya que caer en triunfalismos prematuros, la corona mundial debería estar más cerca.