LOS ANFITRIONES, FINALISTAS

Brasil se aleja del 'jogo bonito’

Neymar es el referente de una 'Canarinha' joven que Scolari construye para el Mundial desde la defensa

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Tras superar el síndrome del 'Maracanazo' en un ajustado duelo ante Uruguay en el que los brasileños sufrieron el agarrotamiento que suele atenazar a los nerviosos anfitriones, la selección de Luiz Felipe Scolari ya se prepara para la final del próximo domingo en el legendario estadio de Río de Janeiro. El gran duelo de la Copa Confederaciones aún está por llegar pero, por lo pronto, el fantasma del Mundial de 1950, de aquellos goles de Schiaffino y Ghiggia, puede volver a descansar.

«Para mí, fue el partido más emocionante de los últimos diez años. Principalmente la hinchada, fue fundamental. Sabemos que no jugamos bien. (...) Todavía somos nuevos, tenemos que madurar y nada mejor que un partido como este para crecer», reflexionó Scolari tras la semifinal. Sabe el viejo 'Felipao' que le respaldan los resultados pero no el fútbol, que este combinado está alejado del 'jogo bonito' que tradicionalmente adornó a la 'Canarinha'. Pero con este mismo método y, eso sí, figuras estrellas del nivel de Ronaldinho, Rivaldo y Ronaldo, ya condujo a Brasil a su quinto y último título Mundial en Japón y Corea, hace once años. Y tampoco otras selecciones campeonas, como la que se coronó con Carlos Alberto Parreira en la Copa del Mundo de Estados Unidos'94, practicaron un bello fútbol.

Gracias una vez más al deporte rey, un pueblo desfavorecido disfrutó de momentos de felicidad en medio de la ansiedad generada por las multitudinarias protestas contra la corrupción política, el alza de los precios, la mala gestión de la sanidad y los elevados costes que generan la Copa Confederaciones y, sobre todo, el Mundial de 2014. Protestas que en precisamente en Belo Horizonte, sede de la primera semifinal, llevaron hasta la muerte a un joven de 21 años que cayó de un viaducto. Era el quinto fallecido por los disturbios.

En el campo de juego, Julio César, el veterano portero del Queens Park Rangers, se vistió de héroe al detener un penalti de Diego Forlán que se antojó decisivo para el desenlace en el estadio Mineirao. «Jugué con él (por el 'Cacha') en el Inter de Milán y eso me ayudó porque le conozco bien. Fue una buena parada», decía el cancerbero tras el partido.

Héroes circunstanciales

La otra figura coyuntural es Paulinho, el centrocampista del Corinthians al que pretenden varios equipos europeos, y que apareció en el segundo palo, a cuatro minutos del final, para darle el triunfo a la 'Canarinha' con un certero cabezazo. Un jugador de recorrido, con físico y movilidad, que representa a esta joven Brasil construida por Scolari desde los cimientos, es decir, una buena base defensiva. Aunque ha anotado 11 goles y solo ha encajado tres, dista de ser un equipo ofensivo. No elabora en el centro del campo porque, sencillamente, no dispone de jugadores para ello. Luiz Gustavo es un buen perro de presa curtido en el Bayern de Múnich y Óscar es un enganche discreto que ha ganado peso específico en el Chelsea. Pero ni ellos ni Paulinho responden al perfil de los jugones clásicos.

Su solidez parte de Thiago Silva, un central con mayúsculas que ahora ejerce en el PSG y es el sueño del Barça, bien acompañado por David Luiz, acostumbrado a la competitividad por su notable desempeño el Chelsea. Los laterales no atraviesan su mejor momento pero Dani Alves y Marcelo destacan por su excelente proyección ofensiva.

Y arriba, la fuerza, potencia y empuje de Hulk, el oportunismo de Fred, un ariete vulgar para ocupar ese puesto en una selección pentacampeona del mundo, y, por encima de todos, Neymar. El nuevo astro del Barça solo tiene 21 años pero es el líder de los auriverdes dentro y fuera del campo. No hay más que verle arengando a sus compañeros en el túnel de vestuarios o lanzándole besitos al uruguayo Álvaro González, que se le encaró cuando se retiraba del campo junto a un banderín de córner.

Neymar ha marcado tres golazos y en las semifinales su aportación resultó clave en las dos dianas. Se desmarcó, controló y lanzó en la primera, donde Fred solo aprovechó el rechace de Muslera, y lanzó el saque de esquina que cabeceó Paulinho. Júbilo contenido en el país del 'Orden y Progreso', según reza su lema. Es uno de esos pocos jugadores, los otros dos son Messi y Cristiano Ronaldo, capaces de ganar una final por sí mismo. El gran duelo está servido. Brasil luchará en Maracaná por su cuarta Confederaciones, tras las selladas en Francia'97, Alemania'05 y Sudáfrica'09.