Putin rechaza entregar a Snowden a EE UU pero tampoco quiere que se quede en Moscú
El líder ruso confirma que el huido está en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita y añade que «puede volar donde le plazca»
MOSCÚ.Actualizado:El presidente ruso, Vladímir Putin, respondió ayer a la reprobación estadounidense sobre Edward Snowden y, desafiante, rechazó extraditarlo. De paso, el líder del Kremlin aclaró dónde se encuentra el informático que ha desvelado los secretos de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Obama: «En la zona de tránsito del aeropuerto» moscovita de Sheremétievo-2. Senowden llegó a esa terminal el domingo en un vuelo de la compañía rusa Aeroflot procedente de Hong Kong.
Putin aseguró no haber tenido información previa sobre los planes de Snowden y su llegada a la capital rusa, añadió, «fue una absoluta sorpresa para nosotros». «Llegó como pasajero en tránsito, no ha atravesado la frontera rusa y, por tanto, no necesita ni visado ni ningún otro documento. Como pasajero en tránsito tiene derecho a comprar un billete de avión y volar donde le plazca», afirmó el presidente ruso durante una rueda de prensa en Naantali en compañía de su homólogo finlandés, Sauli Niinistö.
Según el líder ruso, el antiguo técnico de la NSA «no ha sido interrogado por nuestros servicios secretos y cuanto antes se marche será mejor para él y para nosotros». Putin calificó de «desvaríos» y «basura» las acusaciones que desde Washington se han estado lanzando contra Moscú por la supuesta colaboración rusa en la fuga de Snowden. Sin embargo, Wikileaks aseguró ayer en su cuenta de Twitter que el huido «podría quedarse de forma permanente en Rusia si Estados Unidos continúa con su acoso» a los países a través de los cuales podría discurrir la ruta del fugitivo.
En relación con las peticiones de extradición presentadas por las autoridades estadounidenses, Putin señaló categóricamente que «sólo podemos entregar a ciudadanos extranjeros a aquellos países con los que tenemos tratado de extradición de delincuentes y con Estados Unidos no lo tenemos». Después preguntó a los periodistas si personas como Julian Assange, el fundador de Wikileaks, y Snowden «deben ser entregados para que vayan a la cárcel». «Miren, prefiero no tener que abordar esta cuestión porque es como esquilar a un cochinillo, mucho chillido y poco pelo», añadió Putin en medio de alguna que otra carcajada de los informadores presentes y la sonrisa de Niinistö.
Horas antes, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, calificó de «infundadas» e «inaceptables» las acusaciones estadounidenses de colaboración con el prófugo. Lavrov subrayó que Rusia «no tiene nada que ver ni con el señor Snowden, ni con sus relaciones con la justicia norteamericana, ni con sus desplazamientos por el mundo».
Sin confrontación
En tono apaciguador, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, declaró en la ciudad saudí de Yeda que Washington no desea más confrontación con Rusia ni imponer nada, pero reiteró que el 'caso Snowden' «es un asunto que se refiere a la aplicación de la ley». Kerry, que se verá la semana que viene con Lavrov en Brunei, insistió en que las autoridades rusas deben detener al filtrador de información y enviarlo de vuelta a casa. Mientras tanto, ni uno solo de los periodistas destacados en Sheremétievo-2 a la caza de Snowden ha logrado verle todavía. Según Aeroflot, se supone que tenía que haber volado a La Habana el lunes, pero no lo hizo y se sabe por Putin que también dejó escapar el mismo vuelo de ayer.
El culebrón suma nuevos actores. El empresario islandés Olafur Sigurvinsson, socio de WikiLeaks, aseguró que tenía dispuestos tres aviones privados (para despistar una posible intercepción) para trasladar a Snowden de Hong Kong a Reikiavik, pero abandonó la idea al no existir garantías de que Islandia rechazaría una eventual solicitud de extradición. Sigurvinsson ya ha anulado sus planes, que incluirían un desplazamiento de los aparatos a Moscú para recoger al exagente y llevarlo a la capital islandesa.