Un tiempo nuevo en la política andaluza
El anuncio de retirada de Griñán desbarata la rutina electoral en Andalucía y consuma el relevo generacional en la dirección de sus tres partidos mayoritarios
Actualizado: GuardarEn política, doce meses cunden mucho más que en cualquier otra actividad como atestigua el año largo transcurrido desde las elecciones de marzo de 2012 y el momento presente, al que llegan los tres partidos del arco parlamentario con liderazgos renovados, en transición y sin consolidar.
El anuncio de Griñán de que no se presentará a la reelección constituye el último jalón de la misma crisis, con evidentes variantes, que han atravesado los tres partidos mayoritarios de la comunidad. Ahora, PP, PSOE e IU se enfrentan, cada uno a su estilo, al reemplazo de quienes han sido sus dirigentes en los últimos años propiciando un tiempo nuevo en la política andaluza que todavía resulta imposible calibrar en toda su extensión.
Lo único que se vislumbre claro para la próxima confrontación electoral es que concurrirán tres debutantes rompiendo así una tendencia que durante años fraguó en Andalucía como una repetición constante de la política que encarnaron desde primeros de los años 90 el socialista Manuel Chaves, el popular Javier Arenas y el izquierdista Diego Valderas. Toda esa rutina cansina es la que ha acabado por saltar por los aires ahora.
Hace justo un año, a mediados de junio, Javier Arenas anunciaba su dimisión como presidente del Partido Popular de Andalucía al que había capitaneado prácticamente en los últimos veinte años. La victoria insuficiente en las urnas dictaba su apartamiento de la primera fila de la escena política andaluza. Con más prisas que ganas, el PP andaluz se encomendó al alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, estrella emergente y avalado por un respaldo popular abrumador en mayo de 2011.
Doce meses después, la opción Zoido se ha desinflado por completo y el PP tiene claro que no encabezará la candidatura del PP en las autonómicas. El partido vencedor de lo comicios hace quince meses se encuentra en un tiempo muerto deshojando la margarita para elegir no sólo el rostro de los carteles electorales sino quién manda en la organización.
Lo que menos cabía esperar es que el PSOE andaluz entrara en una situación similar con la retirada a cámara lenta del hoy presidente andaluz, José Antonio Griñán. Las incógnitas que abre su paso atrás y la falta de un relevo incontrovertido sugiere una dura pugna interna entre las diferentes corrientes que se evidenciaron en el congreso federal que reeligió a Rubalcaba en contra de las tesis defendidas por el propio Griñán y los dirigentes de la poderosa pero no monolítica federación andaluza.
En la otra orilla de la coalición gobernante, Izquierda Unida acaba de completar un relevo ejemplar al frente de la coalición consumando la elección de Antonio Maíllo como nuevo coordinador regional de la formación de izquierdas.