La Biblioteca expone 'Yo colecciono... muñecas'
Cádiz acoge hasta el 6 de enero una exposición sobre muñecas Nancys de María del Carmen de la muela
Actualizado: GuardarLa biblioteca de Extramuros acoge la muestra 'Yo colecciono... muñecas' de María del Carmen de la muela, una exposición con más de 200 muñecas que forma parte de una serie de exposiciones de coleccionistas y que se expone en la Biblioteca.
Decía Rilke que la infancia es la patria del hombre, y algo de razón tendría cuando evocamos siempre esa edad no sólo como un referente temporal, sino como un paisaje por donde discurre el río de la vida. Resulta difícil disociar infancia y felicidad, como si la nostalgia se hubiese encargado de borrar todas aquellas notas tristes de la banda sonora de nuestra niñez. Porque al evocar la infancia estamos, sin darnos cuenta, haciendo una revisión historiográfica no ya de nuestro pasado, sino de nuestro futuro, de un futuro que en nuestra memoria, siempre está por venir.
El imaginario colectivo sobre el que se asientan los valores de una sociedad se construye a partir de lugares comunes coincidentes que tratan de interpretar y conocer una determinada realidad. En este sentido, serían varios los elementos que conforman el imaginario colectivo de la sociedad española de la segunda mitad del siglo XX, aunque sin duda, la televisión, el Seiscientos y los domingueros de fiambrera y tortilla, conforman el paisaje sentimental de una España que empezaba a soñar en technicolor y donde empieza a hablarse de progreso y bienestar.
Guardianes de ese imaginario colectivo son, sin duda, los coleccionistas. Coleccionistas como María del Carmen de la Muela, que a lo largo de su vida ha ido atesorando una magnífica colección de muñecas, que hoy se exponen en la Biblioteca Municipal de Extramuros. La muestra, cuidadosamente seleccionada y comisariada por la Sección de Bibliotecas Municipales del Excelentísimo Ayuntamiento de Cádiz, se compone de más de doscientas muñecas de las más prestigiosas fábricas entre los años sesenta y ochenta, Famosa, Jesmar y Novogama, con referentes indispensables como Fanny, Core o Nancy, protagonista de esta exposición, con cerca de cien ejemplares correspondientes a las cuatro décadas de vida de esta muñeca, a las que se unen cientos de vestidos y complementos a través de los que se puede recomponer el puzzle de nuestra historia.
A finales de los sesenta, mientras la familia Telerín deseaba las buenas noches a millones de españoles, nacía Nancy, un nombre que inmediatamente evoca a una infancia española sin penurias ni escasez. Una muñeca lejos de la estética habitual y con deseos que parecían reales. El secreto de su éxito no fue otro que el de aparcar el instinto maternal para ser simplemente una compañera de juegos, una niña normal, con una imagen moderna y con aspiraciones realizables. Un ropero lleno de modelos para cada ocasión, un dormitorio propio, maletas, postizos, complementos… un universo, hasta ese momento, sólo alcanzable en sueños de hadas que se hacía realidad en apenas 42 centímetros.
Tal acogida tuvo Nancy entre las niñas españolas que en menos de una década se vendieron 10 millones de muñecas. Enfermera, azafata, turista, romántica, pintora, novia… Nancy cristalizó de alguna manera lo que querían ser de mayor las niñas españolas, porque Nancy, como muchas de aquellas muñecas que surgieron en los años setenta, es mucho más que una muñeca. Es un referente de la sociedad que empezaba a emerger en España. De ahí que su presencia haya marcado a generaciones enteras de españolas, que siguen vinculadas a su infancia por el cordón umbilical de la muñeca de Onil.
Coleccionar Nancys no es sólo coleccionar muñecas. Es conservar la memoria sentimental de España, es retener en un instante, en una vitrina, toda una vida, es reconstruir los escenarios por los que fue transcurriendo la historia de este país y reencontrarse, por fin, con la infancia, que al fin y al cabo, como decía Rilke, es la patria del hombre.