El heredero de Catar, en diciembre. A la izquierda, su padre. :: EFE/ AFP
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Catar moderniza a su modo la sucesión

El jeque que convirtió al poderoso emirato del Golfo en actor clave de la política y la economía internacionales traspasa el poder a su hijo

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Catar vive una jornada de fiesta nacional para celebrar el anuncio de abdicación de Hamad bin Jalifa al-Thani, que traspasará el poder al príncipe heredero, Tamim bin Hamad al-Thani, según anunció el canal Al-Yasira. El jeque, de 61 años, deja el poder después de dieciocho años como máximo mandatario de este pequeño emirato del Golfo Pérsico de apenas dos millones de habitantes al que ha modernizado con los recursos que proporcionan inmensas reservas de gas y ha convertido en un actor clave de la política y la economía internacionales.

Junto al titular de la corona también podría abandonar su puesto el primer ministro y responsable de Exteriores, Hamad bin Jassim al-Thani, número dos del reino, de 53 años, completando de esta forma lo que los analistas consideran un relevo generacional para garantizar una transición tranquila.

Se trata de un gesto sin precedentes entre los emiratos del Golfo, donde los gobernantes acostumbran a perpetuarse en el poder hasta su muerte o a través de un golpe palaciego, como el que llevó a cabo en 1995 el propio Hamad contra su padre. En aquel momento, el país estaba prácticamente en quiebra y sufría la ignorancia de sus vecinos.

«Siempre han trabajado juntos. No creo que haya grandes cambios en la política nacional e internacional de Catar», aseguró Abdullah al Athbah, director del diario 'Al Arab', a Al-Yasira, la cadena vía satélite apadrinada por el jeque en 1996, en referencia al sucesor al frente de una corona que ostenta la familia Al-Thani desde hace 130 años.

Impulsor del Mundial 2022

Tamim tiene 33 años, dos esposas y seis hijos. Se graduó en la academia militar de Sandhurst (Reino Unido) en 1998 y fue nombrado príncipe heredero cinco años más tarde. Es el subcomandante de las Fuerzas Armadas y uno de los grandes impulsores del Mundial de Fútbol que se celebrará en Catar en 2022, una designación de la FIFA marcada por las acusaciones de corrupción aireadas por la revista 'France Football'. Es el segundo hijo del matrimonio entre el jeque y su segunda esposa, Mozah bint Nasser al-Missned, todo un símbolo para las mujeres de una región donde no es habitual que las consortes tengan vida pública y mucho menos las parejas de los dirigentes.

Poco sale a la luz de la política doméstica del mayor productor mundial de gas natural líquido, del que destaca su rol en el nuevo mapa del mundo árabe surgido tras la 'primavera' de países con Túnez o Egipto. El mandato del jeque saliente, que según algunos diplomáticos no se retirará por completo sino que desempeñará un papel honorario en el emirato, ha estado marcado por la inversión en plataformas como Al-Yasira, que ha servido para situar a Catar en el mapa y convertirlo en centro de resolución de conflictos.

Los talibanes de Afganistán acaban de abrir su oficina de representación en Doha, y todos los movimientos de oposición a los dictadores de Túnez, Libia, Egipto, Yemen o Siria han contado con el respaldo catarí, un apoyo de marcado carácter confesional por su estrecha vinculación con los Hermanos Musulmanes.