Momento crítico en el Xerez

El Xerez ha vivido momentos difíciles en su historia, especialmente en los últimos años, pero ahora se encuentra al borde del abismo. Las posibilidades de que desaparezca rondan casi el 100%, parece estar abocado a la nada y la muerte es la única salida.

Siguen pasando los días y el club azulino se muestra incapaz de cumplir con sus compromisos. Un golpe durísimo llegaba el pasado viernes. Hacienda rechazaba los avales presentado por el presidente de la entidad Rafael Mateos, al exigir sólo dinero en efectivo. De esta manera no levantaba el embargo e impedía que se pudiera abonar parte de las deudas.

La desesperación es absoluta. De ahí que en el Xerez ya se esté trabajando en la refundación del club. Pero la Liga de Fútbol Profesional ha cambiado la reglamentación para evitar este tipo de operaciones, que consisten en crear nuevas sociedades cambiando ligeramente el nombre y así limpiar todas las deudas. Desde la LFP se ponen ahora muchas trabas (no como en el pasado), para asegurarse de que es una entidad totalmente diferente. No debe coincidir en el nombre, ni en los colores, ni en el estadio, ni en la sede social, ni en el consejo de administración... Así que no es segura una plaza en Segunda B con una denominación casi calcada.

De todas formas, ese es el paso siguiente a la desaparición, que requiere un proceso. De momento, el consejo de administración se reunirá en la sala de juntas de la entidad a las 11 horas este miércoles para abordar la situación. Se pedirán alternativas aunque lo más probable es que se acepte la liquidación como única vía.

Queda otra alternativa, pero parece improbable. Y es que Joaquín Morales, máximo accionista, venda su paquete mayoritario de acciones para que otro grupo pueda invertir y así cumplir con las deudas con Hacienda. La única sociedad que ha pedido este traspaso es Energy (liderada por el excadista Ricardo García), pero el sevillano se niega en rotundo.

Las horas pasan y el tiempo corre en contra del Xerez Club Deportivo, que está viviendo las peores, y posiblemente últimas horas de sus 66 años de historia.