El juez del Supremo avala los pinchazos telefónicos que incriminan al exministro Blanco

El exministro socialista José Blanco quemó ayer su penúltimo cartucho antes de sentarse en el banquillo de los acusados por tráfico de influencias en el 'caso Campeón', la supuesta trama de subvenciones públicas en Galicia.

El magistrado del Tribunal Supremo que le investiga, José Ramón Soriano, avaló las conversaciones de las intervenciones telefónicas incluidas en el sumario, que incriman a Blanco y en las que el juez fundamenta su imputación.

Estos 'pinchazos' fueron intervenidos a José Antonio Orozco, vicepresidente de Azkar y amigo personal del exministro, y basaron la exposición razonada que motivó la apertura de la causa en el Supremo. Ahora, un año y medio después, el juez ha concluido que el actual diputado del PSOE «intervino notoriamente» en el trámite para que el ayuntamiento de Sant Boi (Barcelona) otorgara una licencia ambiental a Orozco.

La defensa de Blanco alegó que la transcripción de las conversaciones realizadas por la policía estaban viciadas y debían de declararse nulas, lo que hubiera supusto el archivo de la causa. Pero el juez responde que la unidad hizo bien su trabajo y se limitó a cumplir su orden: transcribir los 'pinchazos' que faltaban por depurar al llegar al Supremo desde el juzgado de Lugo que inició el caso.