Mario Vargas Llosa, en la presentación ayer de tres nuevos títulos de la Biblioteca Clásica de la RAE. :: EFE
Sociedad

«La carroña de la corrupción estimula a los escritores»

Vargas Llosa ve «positivo que tanta putrefacción salga a la luz» y cree que «los escritores que se hundan en esa mugre harán buena literatura»

MADRID. Actualizado: Guardar
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«Los escritores son carroñeros. La carroña ha sido siempre su alimento privilegiado y, en ese sentido, nuestra época será muy productiva para aquellos que se atrevan a hundirse en esa mugre y hagan a partir de ella buena literatura». Lo dice un optimista Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), Nobel de Literatura 2010, académico y escritor más que respetado que sabe hasta qué punto «la carroña estimula mucho más la imaginación de un escritor que la bondad, la pureza o la limpieza moral». Lo dijo junto a un buen puñado de colegas de la Real Academia Española (RAE) tras presentar tres joyas de nuestra picaresca -las excepcionales ediciones de 'La lozana andaluza', 'Guzmán de Alfarache' y 'Lazarillo de Tormes' que se incluyen en la Biblioteca Clásica de la RAE- pero sin descartar, de paso, «que el libro llegue a desaparecer».

Vargas Llosa y Francisco Rico, director de la colección, disertaron sobre los pícaros de hace cinco siglos y su brillante reflejo literario en estas obras rescatadas en primorosas y eruditas ediciones. Se imponía el paralelismo entre aquellos pícaros que trapaceaban para comer y folgar y los que cinco siglos después lo hacen para traficar con influencias, pilas de millones y bienes. Como aquellos ladronzuelos entraron en la historia a través de la literatura, ¿verán los pícaros, ladrones y corruptos del siglo XXI sus tropelías recreadas en novelas memorables?

«Es interesante planteárselo -concede el Nobel- porque nadie imaginó nunca que nuestra época podría llegar a los extremos de corrupción que ha alcanzado». A su juicio, la corrupción «es un cáncer que comparten países desarrollados y menos desarrollados», pero juzga positivo «que salga a flote, a plena la luz, esa especie de putrefacción de la que son corresponsables la izquierda, la derecha y el centro».

«Nadie tiene el patrimonio ideológico de la corrupción, que está absolutamente extendida y es fuente principal de la enorme crisis económica que vivimos», dice Vargas Llosa sin dejarse ganar por el pesimismo. «Que sea un espectáculo absolutamente visible significa que hay que enfrentarlo y derrotarlo. Es el mayor obstáculo para que funcione la democracia y las instituciones y el progreso sea una realidad al alcance de todos. Nadie puede negar que es una realidad de nuestro tiempo, que a todos nos ensucia y todos tenemos que movilizarnos en su contra», propone. Insiste Vargas Llosa en que la galopante corrupción no es un problema exclusivo de España, que no somos los grandes campeones del latrocinio y el trinque. «No hay que buscar esas victorias nacionalistas ni en esto», ironiza. «Francia es un escándalo de evasiones; las empresas se valen allí de todos los agujeros de la ley para defraudar al fisco. La corrupción está en todas partes, aunque las proporciones varían. A mayor crisis más suciedad, por eso no es malo que la verdad se conozca», insiste. «Es peor vivir sobre el volcán sin saber que tienes debajo un mundo que se está pudriendo. Es bueno, y muy importante, que se sepa lo que pasa y descubrir que nadie está libre de esa esas tentaciones», asegura el autor de 'La ciudad y los perros' .

Envidia

Antes de su diagnóstico, Vargas Llosa confesó su envidia por el trato que ingleses, franceses e italianos brindan a sus clásicos, con los que mantienen «una relación mucho más estrecha y viva que nosotros». Anima a «leerlos, a rescatarlos de los sótanos de la historia y disfrutarlos». «En tiempos de crisis su lectura es más necesaria que nunca; nos ayudan a comprender quiénes somos y adónde vamos. Nos hacen más creativos, nos preparan para los desafíos de la vida y nos divierten», resumió.

Confesó también el Nobel las incertidumbres que alberga sobre el futuro del libro. «La literatura y el libro han sido el gran motor del progreso humano, pero no sabemos qué pasara tras la revolución tecnológica que ha traído cosas fantásticas pero que puede, quizá, acarrearnos otras terribles». «¿Seguiremos leyendo dentro de cien años? No descarto que desparezcan los libros y que ese mundo que tanto han iluminado hasta ahora se convierta en un mundo de sombras», apuntó.

'La lozana andaluza', de Francisco Delicado; el 'Guzmán de Alfarache', de Mateo Alemán, y el anónimo 'Lazarillo de Tormes' se agregan a los de dieciséis títulos editados por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores desde 2011. Una colección que bajo la tutela de Francisco Rico suma entre seis y ocho títulos cada año, que tendrá 111 volúmenes y que patrocina la Obra Social de La Caixa.