el apunte

Un respiro real para la industria de la Bahía

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Llevaban meses los trabajadores de Navantia en la Bahía de Cádiz oyendo a los representantes del Gobierno, y del partido que actualmente lo ocupa, hablar de intensas negociaciones y próximos contratos que dieran horas de faena a unas factorías que se quedaban de brazos cruzados. Los anuncios y las buenas intenciones eran tantos, tan extensos en el tiempo, que empezaban a confundirse con buenos deseos. Pero ayer se conoció que algunas de estas gestiones tienen muchas opciones de convertirse en una feliz realidad. Entre las muchas que están en marcha, la que mejor aspecto tiene es la que incluye un encargo de cuatro gaseros para Repsol. Los motivos de optimismo son muchos. La multinacional de combustibles tiene origen español y resulta previsible pensar que se inclinará por abastecer, y abastecerse, de la industria española que le necesita antes que apostar por astilleros de cualquier otro país. Pero, lo más importante, es que Repsol necesita esas embarcaciones para nuevos proyectos que consiste en una ruta entre Estados Unidos y Japón. Es decir, no es un encargo político, se trata de una necesidad para una empresa que va a rentabilizar esos buques. Como añadido al optimismo, es necesario añadir que pocas plantas en todo el mundo son capaces de cumplir mejor con ese encargo que las gaditanas.

Es decir, una empresa española necesita que los mejores le hagan cuatro barcos para hacer negocio. Rentabilidad de principio a fin, que es el mejor aval para cualquier operación.

Si se confirma, como parece, Navantia en la Bahía tendrá millones de horas de trabajo, oxígeno para mantener activas sus plantas, para dar vida a las nóminas de cientos de operarios, durante más de dos años. Supondría plena actividad de 2014 a 2017.

Suena a música.