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El Banco de España ya prevé crecimiento en el tercer trimestre
Propone complementos privados a las pensiones y reconoce que la falta de crédito se solucionará cuando acabe la reestructuración bancaria
MADRID. Actualizado: GuardarEl Banco de España se apunta a ver la botella medio llena. El gobernador Luis María Linde, que compareció ayer ante la comisión de Economía del Congreso para dar cuenta del informe anual de la institución, cree que los últimos datos económicos apuntan a que «incluso a partir del tercer trimestre» podrían darse tasas positivas de crecimiento intertrimestral. Es una buena noticia, tras 21 meses de recesión. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se apuntó a esta tesis desde Bruselas. «Es perfectamente factible, es la previsión más probable» que la economía española vuelva a crecer entre julio y septiembre, tras quedar «próxima a cero» en el segundo trimestre, dijo.
A la mayoría de los diputados de la oposición escuchar de boca del gobernador el anuncio de que «la peor fase de la segunda recesión ha quedado atrás» les dejó casi fríos. Que el Producto Interior Bruto evolucione una décima arriba o abajo desde los bajos niveles a los que ha caído apenas contrarresta otras evidencias, como la 'insoportable' tasa de desempleo, que va a permanecer largo tiempo, según las proyecciones del Gobierno, o la sequía del crédito que está minando la actividad productiva, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas.
Linde les había advertido de que «el crédito no puede ser producto de normas administrativas que ignoren la realidad económica o lleven a decisiones erróneas». También matizó que, a su entender, el sector productivo está más necesitado de capital que de crédito, porque la corrección del endeudamiento excesivo «no se ha completado».
Ante la insistencia de los portavoces parlamentarios, que reclamaron un papel protagonista de las entidades nacionalizadas, ya saneadas con recursos públicos, en el restablecimiento de la financiación, el gobernador reconoció la gravedad del problema. Sugirió que el mejor camino pasa por «terminar el saneamiento de la banca, porque no podemos considerar que la crisis esté resuelta». «Cuanto antes concluya, antes fluirá el crédito», afirmó.
No obstante, el gobernador había reconocido previamente que, hasta el pasado marzo, el sistema bancario español tenía un coeficiente de solvencia del 11,6%, muy superior al 8% que actualmente exige el Banco de Pagos Internacionales. Y aseveró que, tras el gran esfuerzo de saneamiento realizado -por importe de 87.000 millones el pasado año-, el sector podrá afrontar las provisiones necesarias en 2013 y 2014. Evocó Linde iniciativas en marcha, como la participación del Banco Europeo de Inversiones vía préstamos o los nuevos esquemas para compartir riesgos. El Banco de España también tiene en la 'cocina' la posibilidad de reducir el consumo de recursos propios de las entidades cuando prestan a las empresas de menor tamaño.
Pensiones y salario mínimo
El gobernador instó a proseguir las reformas y, en materia de pensiones, propuso «explorar fórmulas complementarias de capitalización que refuercen el ahorro durante la vida activa». La sugerencia suscitó duras críticas de numerosos representantes de los grupos y fuerzas políticas, que instaron al supervisor a ocuparse de las tareas que le corresponden, como la vigilancia del sistema financiero, en vez de dar consejos sobre las pensiones o el mercado laboral. Puntualizó Linde que sus propuestas no iban en la línea de suprimir el sistema de pensiones contributivo de reparto, sino de complementarlo.
Linde dedicó buena parte de su turno de réplica a despejar «malentendidos». El informe anual del Banco de España no defendió la supresión del salario mínimo como se publicó en los titulares de los medios, precisó. Tras dar lectura literal a la propuesta, concluyó que seguramente se trataba de un enunciado «complicado» y no de una «redacción transparente».
El gobernador explicó también que si España pidió solo 40.000 millones de asistencia financiera a los socios europeos, cuando la línea de crédito ascendía a 100.000 millones, no fue un gesto voluntarista, porque el Gobierno no podía solicitar «15.000 millones más, por si acaso». La cifra sale de aplicar las condiciones del convenio, de manera que «se hizo lo que se debía hacer», dijo.