El coctelero con la fórmula mágica

Entre tanta estrella pasa desapercibido para el gran público. Bajo la sombra alargada y poderosa de LeBron James, apenas Dwyane Wade y Chris Bosh asoman su talento y brillan con luz propia. También se deja ver con su cuerpo cubierto de tatuajes y su particular carácter Chris Andersen, el 'Hombre Pájaro' de la NBA. Si, además, el gran jefe y presidente de la franquicia responde al nombre de Pat Riley, alias 'Mr. Gomina', el hombre que elevó el 'showtime' de los Lakers a la categoría de arte, poco espacio queda para que alguien más destaque.

Así son los Heat. Y ese hombre que evita protagonismos innecesarios pese a su importancia en los últimos grandes éxitos de Miami es Eric Spoelstra, el técnico encargado de elaborar el cóctel perfecto que combina sin estridencias la dosis exacta de calidad y músculo, un grupo repleto de egos cubiertos por millones de dólares, y una sobreexposición mediática, y que ha convertido a su equipo en el aspirante a pasar a la historia de la NBA como la última de las dinastías de la mejor liga del mundo.

Joven (tiene 42 años), pero con una amplia formación como entrenador, ha mamado desde niño el mundo de la NBA ya que su padre ejerció como ejecutivo en vrias franquicias de la liga. Orientado a los banquillos desde muy temprano tras entender que su talento como jugador no era excesivo, creció a la sombra de Riley, que lo acogió bajo su manto cuando apenas contaba con 27 años. Como ayudante del neoyorquino aprendió cómo gestionar un equipo importante para obtener el máximo rendimiento. Cuando Riley decidió abandonar la pista, tras su peor temporada como entrenador, y pasar a ocupar un despacho, tenía muy claro a quién debía ceder el testigo para dirigir los designios de una entidad en expansión. El técnico, americano con raíces filipinas, no tembló a la hora de asumir semejante responsabilidad, pese a las dudas iniciales de expertos y aficionados.

Talento precoz

Tras cinco años, el balance es extraordinario. Siempre clasificado para las eliminatorias por el título, al tercer intento (ya con LeBron en el equipo) llegó a la final, aunque perdió con Dallas Mavericks. La pasada campaña obtuvo su primer anillo tras superar a los Thunder de Durant, Westbrook, Ibaka y Harden por 4-1, título que acaba de reeditar a costa de los Spurs de San Antonio en una apasionante eliminatoria que se ha decidido en el séptimo partido. Además, este año fue elegido para dirigir al combinado de la Conferencia Este en el 'All-Star Game' que se celebró en Houston.

Por tanto, pese a su juventud, ya cuenta con un expediente que muchos históricos del banquillo no llegaron a alcanzar. Pero su posición acomodada y consolidada al frente de Miami, no le impide ser crítico con la situación de "inconsistencia" que las franquicias han provocado con el anuncio de los despidos de veteranos ilustres -George Karl en los Nuggets, Lionel Hollins en Memphis, o Vinny del Negro en los Clippers- tras acabar la fase regular, algunos de ellos con resultados óptimos. Se opone a la falta de estabilidad por la que pasa su profesión y reivindica la experiencia ante decisiones que, a primera vista, parecen poco meditadas y arriesgadas. Como la de Mikhail Prokhorov, propietario de los Brooklyn Nets, que prefirió dar la oportunidad a Jason Kidd (recién retirado de las pistas), antes que apostar, por ejemplo, por el también exjugador Brian Shaw, asistente de los Pacers y los Lakers y reconocido como uno de los técnicos con más futuro.

Pero, como no solo de baloncesto vive la NBA, 'Coach Spo' ha visto cómo su vida privada ha saltado a un primer plano por el atractivo que despierta su relación de dos años con la que fuera animadora de los Heat Nikki Sapp, de 24 años y que entró formar parte de las bailarinas de la franquicia con 18. Según informan varios medios estadounidenses, tras abandonar su trabajo como 'cheerleader', en la actualidad dirige la galería de arte Guy Hepner en West Hollywood, California.