Karzai rechaza el liderazgo de EE UU en el proceso de paz
El presidente afgano afea el gesto de Washington y deja en suspenso las negociaciones sobre la futura presencia militar de estadounidense
ESTAMBUL.Actualizado:Hamid Karzai quiere protagonismo en las negociaciones con los talibanes y no acepta el liderazgo estadounidense en el proceso de paz que ha echado a andar en Catar. Un día después de hacerse pública la apertura de una oficina talibán en Doha y de anunciarse los primeros contactos entre enviados de Barack Obama y del mulá Omar, el presidente de Afganistán mostró su enfado y maniobró de la forma que más daño puede hacer a Washington, dejando en suspenso las negociaciones sobre la futura presencia militar estadounidense a partir de 2014.
El portavoz del mandatario afgano, Aimal Faizi, argumentó la decisión aludiendo a «la incoherencia de las declaraciones y actuaciones» de Estados Unidos, país que puso en el poder a Karzai en 2001 y le ha mantenido desde entonces. Esta decisión deja en el aire la presencia norteamericana en el país asiático tras la retirada de la OTAN y Barack Obama se enfrenta a una situación parecida a la de Irak cuando fue incapaz de acordar una prórroga con Bagdad para mantener presencia militar.
«Sabíamos que iba a haber tensiones, no ha sido una sorpresa. En Afganistán hay mucha desconfianza, estamos en medio de una guerra», señaló el presidente estadounidense al ser preguntado sobre la reacción de Karzai. El mandatario afgano subrayó a través de un comunicado que «en tanto el proceso de paz no esté liderado por los afganos, el Alto Consejo de Paz no participará en las conversaciones». Tras doce años de respaldo a Karzai, que han llevado la guerra a un callejón sin salida, EE UU cambia de estrategia y apuesta oficialmente por el diálogo directo con el que ha sido su gran enemigo. Un proceso que no será sencillo. El mismo martes, mientras se anunciaba la apertura de la oficina talibán en Doha, los insurgentes reivindicaban el ataque contra la base de Bagram, en el centro de Afganistán, en el que murieron cuatro soldados estadounidenses.
Fin del mandato
La salida de la OTAN coincide con el fin del mandato de Karzai, que después de más de una década siguiendo el guion marcado por la comunidad internacional, en sus últimos meses reclama llevar la iniciativa en decisiones clave como el proceso de paz. Desde que comenzaron los rumores sobre la posible apertura de la oficina talibán en 2012, el dirigente se opuso abiertamente. «Rechazamos el nombre de 'Estado Islámico de Afganistán' que usan los talibanes», apuntó el portavoz de Karzai en referencia a las banderas de los enviados del mulá Omar, que recogen este nombre que usaron durante su etapa en el poder antes de la invasión de 2001.
El enfado de Karzai contrasta con la alegría de Pakistán, país que ha servido de santuario para los grandes líderes insurgentes, cuyo Ministerio de Exteriores emitió un comunicado para apuntarse un tanto en el acercamiento entre talibanes y Estados Unidos.