MUNDO

Erdogan se lanza a la caza de los manifestantes

La Policía detiene a más de un centenar de personas en una macrorredada realizada en las principales ciudades turcas

ESTAMBUL. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Recep Tayyip Erdogan cumple su palabra. Tras ordenar el desalojo de Taksim y el parque Gezi por la fuerza, las fuerzas de seguridad parecen dispuestas a seguir «uno a uno» a los manifestantes, tal y como amenazó el primer ministro, y en las últimas horas un centenar de personas fueron detenidas en una macrorredada efectuada en las principales ciudades del país, 62 de ellas en Estambul, según informó el ministro de Interior, Muammer Guler.

La fuerza ha logrado silenciar las protestas, pero los ciudadanos crean nuevas formas de expresar su descontento. Desde que el lunes a última hora de la tarde el artista Erdem Gündüz se quedara de pie, quieto y en silencio en mitad de Taksim durante horas, su ejemplo corrió como la pólvora por las redes sociales y «el hombre de pie» ha sido seguido por centenares de personas en todo el país. Una protesta ante la que las fuerzas de seguridad no intervendrán a menos que «constituya una amenaza contra el orden público», señaló Güller.

Erdogan no pierde la oportunidad de alabar la actuación de la Policía turca, que ha superado «el test de la democracia», según sus palabras en un acto del grupo parlamentario de su Partido Justicia y Desarrollo (AKP). «Acusan a la Policía de violencia. ¿Por qué? Usan gases lacrimógenos. Pueden hacerlo. Lo hacen todos los países. Son los manifestantes quienes usan la violencia. Dos agentes sufrieron disparos de bala», aseguró el jefe de Gobierno, sin aportar pruebas sobre una acusación tan grave, antes de anunciar que «vamos a fortalecer más la Policía. Vamos a mejorar su fuerza de intervención para estos eventos. Vamos a investigar todo esto y vamos a averiguar quién está detrás de ello». Erdogan insistió en su teoría de la conspiración y celebró que «el pueblo y el Gobierno del AKP desbarataron el complot».

Denuncia de HRW

Las palabras del primer ministro chocan con la condena internacional y las denuncias de organizaciones como Human Rights Watch (HRW) en cuyo último informe habla de una «profunda crisis» de los derechos humanos y subraya que «la reiterada violencia policial contra aquellas personas que están descontentas con las políticas gubernamentales ha polarizado totalmente Turquía. El Gobierno necesita urgentemente cambiar las tácticas policiales y emitir una señal clara a la moderación». Una petición que dista con la estrategia de unas autoridades que apuestan por la mano dura y cuya máxima preocupación en estos momentos es la imagen del país que «hemos levantado en diez años y ellos la pueden destruir en diez días», según el presidente Abdulá Gül.

La sensación de caza de brujas, de venganza, se respira en las calles de Estambul donde cada vez es más difícil lograr que los ciudadanos se identifiquen en las entrevistas. Este miedo se ha expandido también a las redes sociales, principal medio de comunicación y movilización de los manifestantes. El ministerio de Justicia trabaja en un proyecto de ley sobre crímenes cometidos en Internet y un departamento especial analiza unos 5 millones de mensajes de Twitter enviados durante las las manifestaciones, recoge la versión electrónica del diario 'Hurriyet'.