Sillas
Actualizado: GuardarNo hay la menor duda, sólo tienen en común con las demás su Bandera Azul, esa que tan orgullosamente ondea con ostentación en su mástil más señero. Nuestras playas son diferentes, más que por el marítimo paisaje por el singular paisanaje.
La Bandera Azul es un distintivo que otorga anualmente la Fundación Europea de Educación Ambiental a las playas y puertos que cumplen una serie de condiciones ambientales y unas calidades y cualidades en sus instalaciones.
La condición de Bandera Azul es concedida a las playas en más de treinta países de Europa, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Canadá y el Caribe. El cumplimiento de los criterios Bandera Azul exige el cumplimiento de normas de calidad del agua, la seguridad, la prestación de servicios generales y de ordenación del medio ambiente.
En 2013 más de 600 playas ostentan este preciado galardón. Debido a estos datos, España sigue siendo líder de los 33 países del hemisferio norte que emplean este método para informar sobre la calidad de sus playa. Este año se estrena con tal galardón la Playa de Santa María del Mar.
Basta ver imágenes de otras playas españolas para comprobar dónde está la gran diferencia. En todas hay mar y olas, en la mayoría mareas y espuma de mar, a veces incluso las medusas picantonas se alojan en sus orillas durante días. El sol, los vigilantes, los socorristas, el chiringuito, todos son elementos comunes, incluso las sombrillas y las coloridas toallas están presentes en la mayor parte de ellas. Lo que marca la diferencia con las nuestras (La Caleta, Santa María del Mar, La Victoria y Cortadura) son las sillas. Ese elemento de sedestación sin el cual es imposible disfrutar de un día canicular. Basta con situarse en cualquier entrada de nuestras preciosas playas para ver pasar el surtido más variopinto de sillas, tumbonas y hamacas. Si es fin de semana la variedad raya lo infinito. Dicen los diseñadores expertos que lo más difícil de lograr es una silla cómoda y ergonómica que se adapte a la variabilidad de las personas. Aquí han conseguido adaptar cada unidad a las características individuales de cada gaditano. Las hay con respaldo alto y regulable, con reposapiés, que se convierten en tumbonas, algunas incluso han sido tuneadas con elementos accesorios, como sombrillas pequeñas, reposabasos o compartimentos para libros y revistas, las han visto incluso con aparato de sonido incorporado. El problema de su incómodo transporte ha sido solventado por diseñadores gaditanos. A algunas se les ha adaptado un pequeño ruedín, con lo que su deslizamiento es más llevadero, otras llevan ruedas incorporadas, algunas incorporan un sistema de asas o asideras de serie. En cuanto al número de ellas, las familias suelen llevar una de más, por si en la parcela playera se cuela alguna visita. Tendrá donde sentarse. La bebida y el condumio lo tiene garantizado.