Supermán, un tipo serio
La película 'El hombre de acero' renueva el mito del superhéroe de DC Cómics bajo la alargada sombra del cineasta Chris Nolan
Actualizado:Olvídense de aquel hombrecillo con el calzón por encima de las apretadas mallas, del vibrante tecnicolor de la versión de 1978, de aquel tono más ligero y feliz de los primeros Supermán. Ha llegado 'El hombre de hierro', y, señores y señoras: este es un tipo serio. Zack Snyder, director de este último renacimiento del mito de Supermán, lo corrobora: «Me gusta la ironía en las películas, pero lo irónico es que en esta no hay ni rastro. Quise hacer una película seria, con un personaje serio, para hacer más fuerte al personaje. Dejé fuera cosas que lo debilitaran», aclaró ayer durante su visita promocional en Madrid.
El asunto lo basa en una anécdota hiriente de cuando era niño: «En la película de 1978, Christopher Reeve sonreía a la pantalla en la escena final, en un guiño irónico al espectador que asumía así que aquello era una película ¡Y yo quería que fuera real!», confiesa. «No me gustaba y sigue sin gustarme eso de romper la tercera pared que permite al espectador creer que lo que está viendo es verdad», argumenta. «El intento es hacer un Supermán más realista y más serio».
En realidad, el tono serio, hasta sombrío del filme (también su paleta de color), tiene que ver con un hecho incontestable: la sombra de Christopher Nolan es alargada. El director de la trilogía de 'El caballero oscuro', y regenerador del mito de Batman, de DC Comics, está también detrás de la renovación del personaje que crearon Jerry Siegel y Joe Shuster en 1933. Nolan ejerce de coguionista, junto a David Goyer -escritor de la trilogía El caballero oscuro-, además de productor de este nuevo Supermán, así que, como afirma Snyder, «Nolan está en el ADN de esta nueva versión y su espíritu y el de Goyer se nota en el guion. Por ejemplo, en que el personaje esté tratando de dar con su lugar en el universo, que deambule por el mundo sin encontrar su lugar, que trate de tomar la mejor decisión sin estar seguro de ello». Es decir, el superhéroe con dudas y miedos. «El mundo es hoy mucho más complejo que en los setenta», asumen los productores de la película, Charles Roven y Deborah Snyder.
De cualquier forma, cada vez queda más claro: las nuevas adaptaciones de superhéroes de DC Comics llevan el sello más oscuro y más solemne de Nolan; Marvel se permite el guiño cómico, el desparrame menos serio. El actor británico Henry Cavill es el encargado de dar vida al superhéroe americano. «No me sentí asustado, aunque sí es un honor interpretar a Supermán. Sé que me va a cambiar la vida», dijo ayer. Eso sí, confiesa que no quiso ver las películas de Christopher Reeve. «Quise basarme en la fuente original, en los cómics, más que en las adaptaciones».
«La película es una introducción al mito», dice Cavill. Snyder lo secunda: «En esta película se apuntan muchas cosas, que no se desarrollan y que apuntan a las secuelas». ¿Ejemplos? El hecho de que Supermán no lleve el traje bajo su ropa.