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Mursi nombra gobernador de Luxor a un miembro de un exgrupo terrorista egipcio

Adel el-Jayat militaba en la Gamaa Islamiya, una organización que mató a 58 turistas extranjeros y acabó con la vida del presidente Anuar el-Sadat

PAULA ROSAS
EL CAIRO.Actualizado:

La Gamaa Islamiya sembró el terror en Egipto en la década de los 90 con atentados dirigidos al turismo y a las fuerzas de seguridad. En 1981 ya habían asesinado al presidente Anuar el-Sadat, y en 1997 un grupo de terroristas mató con armas automáticas y machetes a 58 turistas extranjeros y cuatro egipcios en el templo de Hatshpsut, en Luxor. Los que no fallecieron por los disparos fueron degollados. Ayer, un miembro de la Gamaa Islamiya, formación que renunció a la violencia en 2003, juró su cargo como nuevo gobernador de Luxor.

Adel el-Jayat es uno de los 17 nuevos gobernadores nombrados por el presidente Mohamed Mursi y, sin duda, el que más polémica ha generado, especialmente en la industria del turismo, que pasa por uno de sus momentos más bajos. Entre los nuevos cargos hay siete que pertenecen al Partido Justicia y Desarrollo, la formación política de los Hermanos Musulmanes. Con los nuevos nombramientos, el grupo islamista ya controla 13 de las 27 circunscripciones del país, reforzando así el poder que ya ostenta en el Ejecutivo y en la Cámara alta.

El nuevo gobernador de Luxor es uno de los aliados de Mursi y los Hermanos Musulmanes al militar en el Partido Construcción y Desarrollo, el brazo político de la Gamaa Islamiya, fundado en 2011. El-Jayat, de 52 años, fue detenido sin cargos durante un año tras el asesinato de Sadat, como la mayor parte de los miembros del exgrupo terrorista. Fue además uno de los fundadores de este partido en Sohag, una de las provincias estandarte del voto salafista.

Visión ultraconservadora

El sur de Egipto constituye un fortín para los partidos islamistas, especialmente los salafistas, que siguen una visión ultraconservadora. Sin embargo, el sector turístico, muy potente también en algunas de estas regiones, ha desconfiado desde el principio del ascenso al poder del Islam político, que consideran que puede imponer restricciones en cuanto a comportamientos o vestimenta que perjudique aún más a la industria. En los últimos dos años, miembros de diversos grupos salafistas han despotricado contra el modelo turístico del país. Algunos de ellos ha llegado incluso a sugerir que los monumentos faraónicos deberían ser cubiertos ya que representan cultos paganos.

Algunos trabajadores del sector turístico en Luxor amenazaron ayer con blindar las oficinas del gobernador para impedirle la entrada. La indignación era compartida por numerosos analistas políticos. Pero no sólo el nombramiento de El-Jayat ha provocado críticas. En algunas provincias del Delta del Nilo se produjeron ayer enfrentamientos en cuanto se conocieron los nuevos cargos, especialmente en aquellas donde se ha nombrado a un miembro de los Hermanos Musulmanes. La oposición asegura que Mursi intenta con este paso asegurarse un mayor control de cara a la gran manifestación que se ha organizado en su contra en todo el país para el 30 de junio.