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La Policía turca inicia la carga contra los manifestantes acampados en el parque Gezi de Estambul. :: MURAD SEZER / REUTERS
MUNDO

Erdogan cumple su amenaza y desaloja por la fuerza el emblema de la protesta

El presidente turco ordena la carga policial contra el campamento del parque Gezi horas antes del gran mitin que dará hoy en Estambul

MIKEL AYESTARAN
ESTAMBUL.Actualizado:

«¡Por favor, salgan de la zona. Esta protesta es ilegal. Vamos a desalojar el parque!» Los altavoces de los blindados de la Policía desplegada en Taksim comenzaron a lanzar estos mensajes a las ocho y media de la tarde. Un aviso que pilló desprevenidos a los manifestantes tras unos días en los que parecía que las autoridades habían optado por la vía del diálogo para resolver el conflicto. Media hora después los primeros botes de humo caían entre los árboles del parque Gezi y los agentes entraban por la fuerza en el bastión de la protesta, ayudados de agua a presión, pelotas de goma y su arma más efectiva, el gas.

Apenas hubo resistencia en una acampada llena en esos momentos de manifestantes, pero también de familias venidas de otros barrios de la ciudad para visitar esta especie de república independiente al aire libre en el corazón de Estambul que ha durado apenas dos semanas. «He visto a un padre que ha perdido a sus dos hijos en medio del caos. Los avisos en Taksim no han llegado a la parte trasera de la acampada y de pronto hemos sentido el gas y los policías corriendo por todas partes», comentaba jadeando un joven activista en la escalinata de entrada a Gezi. «Me han dejado salir de milagro, están arrestando a todos los que no se han movido», añade sin querer mencionar su nombre porque «soy funcionario público, si me pillan me quedo en el paro».

Tras la primera carga policial llegó el turno para las excavadoras que arrasaron las casetas levantadas estos días por los distintos grupos del parque, tiendas de campaña y barricadas. Después decenas de vehículos de los servicios de limpieza municipales y ambulancias y más ambulancias que fueron directamente a la parte trasera de la acampada, cerca del hotel Divan, donde estallaron los choques con las fuerzas del orden. Pese a la imagen dialogante de los últimos días, Recep Teyyip Erdogan cumplió su ultimátum y finalmente dio la orden de desalojar el parque. Mientras la Policía ultimaba los detalles de su ofensiva en Estambul, el primer ministro se dirigía a sus fieles en Ankara y en su discurso se dirigió «los de Taksim» para advertirles que «o desalojan el parque o las fuerzas de seguridad sabrán cómo hacerlo». Esta tarde el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) repetirá un encuentro multitudinario como el de la capital, pero en Estambul, y parece que las autoridades tenían prisa por acabar con la protesta antes de esta gran cita de la formación islamista.

«Gran manipulación»

Erdogan insistió en su teoría del complot internacional para justificar el uso de la fuerza para terminar con la protesta. Hay un «complot organizado» contra el AKP y su Gobierno, una «gran manipulación política» y «vamos a publicar documentos que demuestran que la cuestión real no era la defensa de un parque. Es un proceso coordinado desde el exterior y el interior del país», afirmó el primer ministro, que desde el comienzo ha criminalizado la protesta.

Un par de horas antes del asalto policial el canal de televisión del parque, ÇapulTV, informaba del resultado de las asambleas celebradas en entre los grupos del parque durante la mañana para hablar del futuro de la acampada. Los representantes de la Plataforma de Solidaridad con Taksim trasladaron a todos el contenido de su encuentro con el primer ministro la noche del jueves.

Las autoridades se comprometieron a congelar los planes de construcción de un centro comercial en el parque hasta conocer el fallo de la Justicia y a investigar la actuación de la Policía. «No es suficiente con estas promesas, queremos hechos. Así que la decisión adoptada es la de mantener la lucha todo lo posible», señalaba Mustafa Aldmir, uno de los responsables de este canal que en las últimas semanas ha informado de forma ininterrumpida desde el centro del parque. Una lucha que se truncó a las nueve en punto (hora local) con la caída de los primeros botes de gas.