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La ACB se decidirá en Madrid

El Barça logra gestionar mejor la presión en el cuarto partido y devuelve la igualdad a la serie con su victoria

JAVIER BRAGADO
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Habrá quinto partido para conocer al ganador de la Liga ACB. Ocurrirá porque el Barça se resistió a perder en nuevo duelo con mayor peso para las defensas ante la escasa aportación de los jugadores supuestamente destinados a protagonizar el duelo de altos vuelos. No obstante, el primer cuarto describió una situación novedosa en la final. Por una parte el público azulgrana contribuyó desde el primer minuto a caldear el ambiente con su participación y por el otro surgió Ante Tomic, el pívot que tras una notable temporada se había desvanecido en la lucha por el título nacional. El serbio recuperó el norte en los primeros minutos y sumó 14 puntos en un primer cuarto en el que lideró la referencia en ataque que necesitaba el Barça después de su baja anotación en los primeros partidos (nunca más de 72 puntos).

Con Tomic entonado y una gran colección de capturas, el equipo de Xavi Pascual agarró la batuta del partido. En el Madrid, con solo 6 rebotes en 15 minutos por los 15 de su rival, solo la perseverancia de sus secundarios les mantuvo a flote hasta tocar fondo con el 25-17 del minuto 12. Entonces surgió el capitán blanco para devolver la nave a su rumbo. Los seis puntos consecutivos de Felipe Reyes devolvieron la ilusión a su tripulación y los jugadores del Barça se marcharon a los vestuarios (34-32) con la sensación de haber perdido una oportunidad de despegarse cuando tuvieron la oportunidad.

Después del descanso regresaron las trayectorias habituales de la serie: los sistemas embotellados en ataque, la ausencia de contragolpes y las rachas de juego irregulares en choques en los que la intensidad superó al talento. La situación de escasa brillantez en la cancha se agudizó por los problemas físicos de Navarro y el nuevo regreso a la cueva de Tomic (solo tres puntos en la segunda mitad).

El duelo encalló hasta que una racha (9-0) impulsada por Marcelinho puso en clara ventaja al Barça (58-49). Pero la apuesta de Xavi Pascual por la defensa recortó sus posibilidades de sentenciar y los de Laso devolvieron el golpe con una zona que atascó a los azulgrana y propició una racha madridista (2-9) que devolvió la incertidumbre al final del partido (63-61). En esos momentos finales el equipo local logró controlar mejor los nervios y la tensión mientras que el Madrid se perdió en una pelea mental contra su inoperancia que engulló a Rudy Fernández hasta una falta técnica que sentenció cualquier posibilidad de remontada. El final simbolizó una nueva victoria de la tensión sobre el juego en una final que se decidirá en Madrid pero en la que el talento nunca ha supuesto el arma fundamental para los contendientes del clásico del baloncesto español.