Solo Nyland enreda el pasaporte a la final

A unos segundos para el descanso Rodrigo acabó con lo ilógico. Hasta entonces la selección española dominó, dispuso del escenario a su gusto y disparó con picante a la portería rival. Pero el guardameta Nyland levantó un muro infranqueable con sus sobresalientes intervenciones y aguantó de manera sorprendente con su portería inmaculada con un abanico variado de paradas. El guardameta noruego frenó las acometidas de Isco desde el borde del área, desvió al poste un cara a cara con Rodrigo y hasta despejó los difíciles lanzamientos de Illarramendi y Tello envenenados por los toques de sus propios defensas.

Finalmente se reveló que sus compañeros serían los enemigos más peligrosos de Nyland, porque en el minuto 45 Strandberg cabeceó hacia su propia portería y sirvió un balón que Rodrigo desvió a gol ante la ya imposible hazaña del portero noruego. La ventaja facilitó el camino español hacia la final del Europeo sub-21 que se disputará el martes y liquidó la resistencia rival. Los noruegos no contaban con un plan alternativo a su refugio defensivo y los de Julen Lopetegui conservaron para la segunda mitad el juego de toque y control sin la necesidad de arriesgar para buscar un gol a favor del que ya disfrutaban.

El ritmo descendió, los ibéricos multiplicaron sus asociaciones a corta distancia y el balón se alejó demasiado para las necesidades de los escandinavos. Relajados por su propio confort, los españoles observaron con tranquilidad el paso adelante de la presión noruega a falta de media hora para el final. De poco sirvió la ambición noruega, porque el buen sistema defensivo de Lopetegui y la falta de algún futbolista desequilibrante impidieron el acercamiento a David de Gea.

Aunque debieron esperar demasiado, los españoles firmaron el triunfo definitivo con un gol de Isco en el minuto 87. El centrocampista terminó su excelente partido con una gran maniobra dentro del área con recortes, regates y disparo final que puso el balón en la red y la tranquilidad definitiva en las cabezas de España. Tras el esperado tanto, Morata también aportó su granito de arena con su cuarto gol en cuatro partidos para apuntar a máximo artillero del torneo (a pesar de su suplencia en tres encuentros). Al fin, la goleada y el pasaporte al duelo por el título supusieron el ajuste definitivo a la realidad de un duelo en el que los españoles dominaron con autoridad y brillantez a un rival que solo aguantó mientras su guardameta mantuvo el cerrojo en la portería.