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«Lo que está pasando con la investigación en España es muy triste»
La Sociedad Max Planck, premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, hace un llamamiento contra los recortes en ciencia
MADRID. Actualizado: GuardarLa institución científica más prestigiosa de Alemania ha sido reconocida también en España. La sociedad Max Planck se alzó ayer con el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, imponiéndose a un total de 18 candidaturas procedentes de 11 nacionalidades distintas.
Max Planck (MPG, según sus siglas en alemán) aglutina a un total de ochenta institutos y centros de investigación -cinco de ellos en el extranjero- que participan en más de 2.000 proyectos de cooperación. Cuenta con casi 6.000 socios en más de cien países, entre ellos España, donde gestiona, junto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el observatorio astronómico de Calar Alto, situado en Almería. Su vinculación con España va más allá, puesto que el científico catalán Juan Ignacio Cirac, candidato al Nobel de Física en 2009 y también premio Príncipe de Asturias en 2006, dirige la División Teórica del instituto Max Planck de Óptica Cuántica desde el año 2001. Tras conocer este galardón, Cirac manifestó sentirse un «privilegiado» por trabajar en este centro, del que resalta sus «óptimas condiciones para la investigación» y su «visión internacional».
También el presidente de la Sociedad, Peter Gruss, se felicitó por el galardón, un reconocimiento que aprovechó para recordar la triste situación en la que se encuentra la ciencia por culpa de los recortes. «Lo que está pasando en España en el terreno de la investigación es algo muy triste. Conozco científicos españoles excelentes que no tienen condiciones para investigar y lo peor es que muchos tienen que terminar marchándose de España», aseguró Peter Gruss.
El prestigio e importancia de la institución, fundada en 1948, es tal que de ella han salido 17 científicos galardonados con el premio Nobel. Pero eso no es todo: hay que sumar otros quince Nobel de su predecesora, la Sociedad Káiser Guillermo, que inició su labor en 1911. Otra prueba de su reputación son las más de 15.000 referencias que publica cada año en las revistas especializadas más importantes de todo el mundo.
«Vocación europea»
El jurado de la Fundación Príncipe de Asturias ha valorado la «vocación europea» y el «planteamiento interdisciplinario» de esta institución, así como el hecho de que «genera equipos de jóvenes científicos altamente cualificados y comprometidos en aras de la investigación». Asimismo, el acta deja constancia de que la sociedad «trabaja bajo el ideario de la excelencia en investigación científica y tecnológica a escala mundial».
Los campos en los que se mueve esta organización son todos los que comprende la ciencia en su sentido más amplio: desde la física, la química o la biología hasta la investigación climática y las misiones espaciales internacionales, pasando por la microbiología, la ecología y la investigación cognitiva, entre otras.
Max Planck cuenta con más de 17.000 empleados, de los cuales 5.300 son científicos. Su vocación internacional se manifiesta en que el 36,9% de sus investigadores son extranjeros, al igual que el 31,5% de sus directores. Además, en sus institutos se curten más de 4.000 jóvenes promesas y visitantes de todo el mundo, lo que eleva la cifra de trabajadores de la Sociedad, presidida por el biólogo celular Peter Gruss, a más de 21.500.
La financiación de la institución corre a cargo de los presupuesto del Estado del Gobierno federal alemán, pero la clave de su éxito radica en la absoluta autonomía científica de que dispone la dirección de la sociedad, un verdadero ejemplo de organización independiente y sin ánimo de lucro destinada a la promoción de la ciencia.
En los últimos años, han sido distinguidos con este premio, dotado con 50.000 euros, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (2012); el estadounidense Bill Drayton, fundador y presidente de Ashoka, la asociación de emprendedores sociales más grande del mundo (2011); The Transplantation Society y la Organización Nacional de Trasplantes (2010) y la Organización Mundial de la Salud (2009).